XI

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BAILE.

kth.

Lo primero que vio Taehyung al despertarse fue un techo blanco y una luz brillante. El chico giró la cabeza y gimió; tenía un terrible dolor de cabeza. El dolor rebotaba en su cráneo y sentía como si unas afiladas garras le arrancaran la piel de la sien.

Taehyung volvió a cerrar los ojos y se quedó así durante unos minutos o quizá horas, hasta que oyó una voz familiar.

─Cariño, ¿cómo te sientes?

Era Jeongguk. Por supuesto.

Tae abrió los ojos y lo miró.

─Creo que mi cabeza está a punto de explotar─, consiguió murmurar. ─¿Por qué estoy aquí?

Jeongguk suspiró. ─Por eso no debes pelear con los estudiantes mayores.

Taehyung entendió inmediatamente. ─Ah, así que ese cabrón de Yoongi me dejó fuera de combate. Maravilloso. Me encanta cuando pasa eso─, el chico miró a su alrededor.

Tal y como pensaba, estaba en la enfermería de la escuela, tumbado en una cama. Jeongguk estaba sentado en una silla frente a él y estaban solos.

─Dime, del uno al diez, ¿cómo estoy de mal?─, preguntó Taehyung y trató de sonreír.

Jeongguk se rió.

─No tienes mal aspecto en absoluto. Tienes el ojo un poco azulado y algunas pequeñas heridas, pero por lo demás, estás bien, cariño─, respondió el chico y se inclinó para darle un beso a Taehyung en la mejilla.

Pero eso no era lo que Taehyung necesitaba ahora.

─Ggukie─, dijo y cerró los ojos con los suyos. ─Bésame.

Parecía que Jeongguk estaba esperando esas palabras. Inmediatamente conectó sus labios con los de Taehyung, atrayéndolo a un beso completamente devorador con sabor a sangre y menta. Fue de alguna manera desesperado, fue rápido y fue impresionante. Los dedos de Jeongguk acariciaron la mejilla de Tae y lo acercaron aún más.

El chico de pelo rojo se sorprendió, nunca había esperado tanta pasión por parte de Jeongguk.

Y esta vez sus besos no eran música o mariposas, sino que fueron un baile lleno de vapor, champán y llamas. Seda roja, diamantes, locura y necesidad, todo en uno.

─¿Tienes idea de lo preocupado que estaba por ti?─, Jeongguk susurró contra los labios de Taehyung. ─¿Tienes idea de lo que es encontrar a tu amante sangrando en el suelo?

Con esas palabras, Jeongguk se subió sobre Taehyung en la cama. El chico bajo él respiraba con dificultad. Se inclinó hacia él y le dejó unos cuantos besos en el cuello, haciéndole soltar un gemido.

─No vuelvas a hacer eso, cariño. Prométeme que no lo harás─, la voz de Jeonggul era débil y miró directamente a los ojos de Taehyung.

─Te lo prometo─, contestó el chico y volvió a tirar de él en una ardiente danza.

Y probablemente llegarían más lejos, si la enfermera no hubiera entrado en la habitación. Ella jadeó y puso sus manos en las caderas. Los dos chicos se congelaron.

─No, queridos. No van a hacer esto aquí y ahora tendrás que salir, tu novio necesita descansar─, dijo y echó a Jeongguk de la habitación (pero no antes de robarle otro beso a Taehyung).

 No van a hacer esto aquí y ahora tendrás que salir, tu novio necesita descansar─, dijo y echó a Jeongguk de la habitación (pero no antes de robarle otro beso a Taehyung)

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Después de una hora, Jeongguk recogió a Taehyung de la enfermería para acompañarlo a casa. El clima estaba un poco frío y el chico de pelo chocolate insistió en darle su chaqueta a Taehyung.

─Oye, Ggukie, ¿puedo preguntarte algo?─, empezó.

Mientras Tae seguía en la oficina, pensó mucho en sus últimos besos y en lo llenos de pasión y hambre que estaban. Taehyung nunca había sentido lujuria hacia Jeongguk, no hasta esos minutos en la cama.

Y eso asustó un poco a Taehyung. No sabía muy bien por qué.

Tal vez porque esto era nuevo para él.

O tal vez porque Jeongguk podría no sentir lo mismo.

─¿Qué pasa, cariño?─, respondió y entrelazó sus dedos con los de Taehyung.

─Esto puede sonar un poco raro, pero... ¿me quieres? Como, de una manera.. ya sabes─, dijo Taehyung y se sonrojó, sus mejillas luciendo de un color rojo oscuro justo después de que las palabras salieran de su boca, inmediatamente arrepintiéndose de todo.

Jeongguk se limitó a sonreír.

─Bueno, sería un poco incómodo si no lo hiciera, ya que somos una cosa─, respondió el chico de pelo chocolate y le guiñó un ojo.

─Oh. ¿Quieres venir conmigo entonces?─, soltó Taehyung y volvió a hundirse en el arrepentimiento de sus propias palabras.

─Eres lindo, bebé─, Jeongguk estalló en carcajadas.

Cuando llegaron a la casa de Taehyung, se inclinó hacia él y le dio otro beso apasionado.

─Mañana te voy a tener para mí, ¿está bien?─, dijo Gguk y Taehyung asintió.

Jeongguk ya lo tenía todo para él.

Y lo tendría siempre.

Última noche. [JJKXKTH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora