Última noche. [JJKXKTH]

XVII

ÚLTIMA NOCHE.

jjk.

Jeongguk echó un vistazo a la ciudad aún dormida desde la azotea de su escuela. El cielo era ahora grisáceo, y pronto salpicaría los colores del amanecer. Esperó pacientemente e ignoró los escalofríos que le subían por el cuerpo a causa del viento fresco.

El chico de pelo chocolate sólo llevaba una gran camisa blanca. Pronto le empezaron a temblar las piernas y tuvo que sentarse.

Los humanos somos tan frágiles, pensó, incluso el aire frío puede vencernos.

Pero eso ya no importaba. Nada lo hacía, de hecho. Y nada lo hará.

Esta vida no estaba hecha para Jeongguk. Él no veía el punto.

Estudias, hasta que puedes trabajar y trabajas, hasta que finalmente puedes morir.

Sí, hubo algunos momentos hermosos en el medio, pero ¿compensaron el horrible y trágico círculo que los humanos han creado, llamado vida?

No, no lo hicieron. En realidad, nada lo hizo. La habitación, en la que Jeongguk estaba atrapado, se estaba volviendo más y más sin sentido a medida que pasaban los años.

Los humanos eran criaturas terriblemente tontas.

Pensaban que cultivar y desarrollar el mundo significaba obtener nuevas tecnologías y edificios más grandes.

Cuando, en realidad, el desarrollo del mundo empezaría lógicamente por el desarrollo del cuerpo, la mente y el espíritu del ser humano; por encontrar el camino hacia su propio ser.

Pero la mayoría de la gente diría que eso es una mierda hippie.

Es por eso que este mundo se estaba hundiendo.

Por eso Jeongguk se iba.

Al igual que muchos otros.

Sí, el estado actual del mundo podría fácilmente deprimirte. El miedo, la muerte, la tristeza, el odio, el dinero y la gente estúpida eran los factores que controlaban todo.

Era miserable y patético.

La única manera de salir de esa habitación, llena de degradación, era la puerta.

Pero Jeongguk estaba demasiado lejos de ella. No quería esperar.

Por eso decidió dirigirse hacia ella.

Debería haberlo hecho antes, pero algo lo detuvo.

Jeongguk quería ver cómo se sentía el amor. El sentimiento que tanta gente ha descrito como lo mejor de la vida.

El amor nunca muere. El amor nunca termina. El amor es por siempre y para siempre.

Eligió a Taehyung como su amante. Y poco a poco, vio todos los lados positivos del amor; no sólo el sentimiento y el afecto, sino cómo puedes dejar una huella en algún otro humano.

Una huella, no hecha porque hayas hecho algo grande, sino porque esa persona simplemente te quiere y decide dejar que marques su corazón con tu nombre.

Pero eso no era suficiente para Jeongguk. Quería hacer que Taehyung lo recordara para siempre.

Y por eso hirió al chico.

Porque el amor era una cicatriz profunda, pero la tristeza lo era aún más.

Juntos hicieron la marca más trágicamente hermosa, no sólo en el corazón de alguien, sino en todo su cuerpo, alma, mente y entorno.

El desamor hace que los humanos se vuelvan locos.

Pero también les hace recordar.

Eso era todo lo que Jeongguk quería.

El amanecer, asomándose por detrás de los árboles, lo arrancó de sus pensamientos. Con un fuerte latido y una pequeña sonrisa, se levantó.

El chico disfrutó de la vista que tenía delante, porque la veía por última vez.

Aquella noche era la última.

Ese amanecer era su último.

Aquellas respiraciones eran las últimas.

Aquellos momentos fueron los últimos para él.

Pero lo que no fue su último, fue su rastro.

El amor nunca muere.

El amor nunca termina.

El amor es por siempre y para siempre.

Jeongguk se acercó al borde del tejado con sus pies descalzos. Cerró los ojos y escuchó el canto de los pájaros; sintió ese olor fresco y metálico que llevan las mañanas; disfrutó del viento y de los suaves toques de la luz del sol en su cara.

Varios momentos de él y Taehyung pasaron por su cabeza, haciéndole sonreír.

Yo también te amo.

Jeongguk abrió los ojos.

─Tu principio es mi final y mi final es tu principio─, dijo en voz baja.

Y dio un paso sobre el borde.