»Warm Bodies« |TaeKook|

Hope

Por un lado recibir un disparo en el pecho duele... mucho; por otro lado se siente bien sangrar, sentir dolor... sentir amor.

Quisiera poder decir que curamos a los huesudos con amor, pero realmente tuvimos que matarlos a todos; no suena bien pero nadie se sintió mal por eso, ya no podían cambiar. De hecho fue una experiencia que nos unió a nosotros y a los humanos, una vez que unimos fuerzas ya no tuvieron otra opción.

A los que no matamos, se murieron solos, el resto de nosotros aprendió a vivir de nuevo. Por un tiempo pareció que muchos habíamos olvidado que significaba eso.

Los humanos comenzaron a aceptarnos, a conectarse con nosotros, a enseñarnos, esa fue la clave para curarnos. Al principio les daba miedo pero todo lo buena empieza con un poco de miedo, ¿no?.

Así fue como ocurrió, así fue como el mundo se exhumo .

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Jin el amigo de Jungkook ya estaba cumpliendo su sueño de ayudar a los demás, en un pequeño centro que se armó para revisar a los zombies y lo sabían porque cada que le visitaban mostraba una hermosa sonrisa cuando le tocaba hacer chequeo y simplemente en la manera tan emocionada que les decía a sus pacientes: ¡Su corazón esta palpitando!.

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Era una tarde lluviosa y ahí se encontraba el pequeño amigo de T, el pobre se encontraba batallando un poco para abrir su sombrilla, sus manos no estaban poniendo de su parte y algo resignado miro al cielo y se permitió sentir las gotitas que caían, después continuo tratando de abrir aquella cosa.

-¿Necesitas ayuda?.- Una voz un tanto ronca le saco de su pequeño trance.

-Sí... es que tengo dedos de zombie.-susurro algo avergonzado

Levanto su mirada mientras le entregaba la sombrilla y observo a un joven pálido cubriéndose con la gorra de su gran sudadera negra acercándose, en cuanto levanto el chico su cabeza se percató de que tenía una mirada algo similar a la de un gatito; abriendo rápidamente el artefacto y entregándoselo.

-Gracias.- comentaba mientras veía con atención como estaba abierta

El joven que le ayudo se limitó con una pequeña sonrisa a asentir y cruzo sus brazos, acomoso su sudadera y empezó a caminar, se tardo algo en reaccionar pero fue a cubrirle con la sombrilla y este le miraba extrañado

-Oh, está bien, no me importa mojarme.- Comento el chico amablemente

-No, debo insistir.- Comentaba seguro y continuo hablando.- Soy ji.. j.. Jimi... Jimin.

-Yoongi.- Le miro un instante y regreso la mirada al suelo.

-Eres muy lin.do.- Soltó de repente Jimin

-Gracias, Jimin.- Dijo algo apenado y con una pequeña sonrisa en el rostro

-Ahora deberías decir que yo también lo soy.

Yoongi dejo salir una carcajada enorme y negó divertido, mientras que Jimin trataba de regalarle algo parecido a una sonrisa y continuaron caminando juntos bajo aquella sombrilla.

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T y Jungkook se encontraban sentados al borde de un gran barandal, su vista daba a todo el pequeño lugar donde habitaban y al gran muro que había, apreciaban el atardecer como lo habían hecho costumbre desde hace unos meses.

-T.- Susurro el azabache

-¿Sí?.- Le miraba curioso

-¿Ya recuerdas tu nombre?.- Lo decía un tanto ilusionado

-No.- Soltó algo desanimado

-Bueno, tal vez podrías elegir alguno... elije uno, el que tú quieras.- Le miraba con una sonrisita en el rostro

El chico hizo como que pensaba y Jungkook estaba emocionado pero el chico zombie le había hecho ese gesto que le caracterizaba.

-T está bien.- Dijo tranquilamente y con una mejora a la hora de hablar.

-¿Estas seguro?.- Comentaba Jungkoom con una gran sonsira en el rostro y su curiosidad le ganaba.- ¿No quieres saber tu nombre?, ¿no quieres recuperar tu vida?

-No.- Hablo con una tierna sonrisa.- Quiero esta vida.

Sin más, Jungkook dejo un beso en el hombro de T y con cariño recargo su cabeza sobre el y siguió contemplando el espectáculo que le regalaba la naturaleza, ese era su lugar seguro.

-Asi que solo T.

-Solo T.

El chico que en algún momento no tenía pulso, ahora lo sentía y muy rápido, le agradaba la sensación y en su rostro se reflejaba felicidad, todo gracias al chico que estaba a su lado. No cambiaría por nada del mundo esto, claro que no.

Un par de estallidos se escucharon y enfocaron su vista al gran pedazo de concreto, el cual comenzaba a caer, dando fin a todo lo malo.