I

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¿Qué estaba haciendo con su vida?, estaba tan pálido, debería salir más, comer mejor, su postura era terrible, debería pararse más derecho, las personas le respetarian más si lo hiciera.

Se encontraba caminando de una manera lenta y peculiar, sin algún rumbo fijo como de costumbre, observaba detalladamente el lugar donde se encontraba, era algo tétrico.

¿Qué le pasa?, sólo quería conectarse, ¿por qué no puede conectarse con las personas?. Oh, cierto, porqué estaba muerto, no debería de ser tan duro consigo mismo si todos estabamos muertos.

La chica que estaba a un lado suyo, está muerta, aquél tipo está muerto, el hombre en la esquina definitivamente está muerto, por dios, se veían horribles...

Le gustaría poder presentarse, pero ya no recuerdaba su nombre... creé que empezaba con una "T" pero es lo único que recuerda. No recuerda su nombre ni el de sus padres, ni de que trabajaba aunque por su ropa, la cual consistía en unos jeans, una playera blanca que por cierto estaba demasiado maltrada junto con una sudadera roja, diría que no tenía empleo.
Paso por un detector de metales mientras que el encargado, que, oh sorpresa, también estaba muerto le pasaba un pequeño detector de metales manual.

Seguía caminando por ese largo pasillo, a veces miraba a los otros e intentaba imaginarse que eran ellos, justo ahí frente a él se encontraba un conserje, a su mente le llegó la idea de cómo fue en "vida", limpiando mientras escuchaba canciones alegremente en un reproductor de música.

Observaba un cuerpo sobre donde se recogían las maletas, posiblemente era el hijo rico de algún gerente de una empresa, también se le venía a la mente unas imágenes del muchacho sacando dinero de algún cajero automático mientras se observa en una de esos espejos raros de seguridad y subía a su auto.

Una joven en algún rincón también le llamó la atención, ella posiblemente era entrenadora personal, imágenes de ella en un gimnasio y posiblemente con algún cliente se proyectaron, de un momento a otro la chica salto mientras se estrellaba en el vidrio regresandolo a la realidad, eso llevaba a lo mismo que ahora está muerta.

Llevaba bastante tiempo tratando de averiguar como ocurrió todo este apocalípsis, pudo haber sido por alguna arma química o un virus aéreo, o por un mono radiactivo que se escapó pero en realidad no importaba, esto era lo que son ahora.

Este día era un tipo día para el, dar vueltas todo el tiempo y chocar contra las personas, sin poder disculparme ni decir nada. Todo debía de haber sido mucho mejor, imaginarlo era asombroso, las personas podían expresarse, podían comunicar sus sentimientos y disfrutar de la compañía del otro, pero de un momento a otro volvía a su actual y cruda realidad.

Continuaba su camino sin dejar de pensar, muchos hicieron de el aeropuerto dónde se encontraban su hogar, no sabía el porqué, suponía que las personas esperaban en los aeropuertos, pero no estaba seguro de que estaban ellos esperando.

El pasillo en el cual se encontraba ahora recorriendo, las luces parpadeaban y todo marchaba "normal" hasta que llegó un punto donde justo a unos cuantos mientras se encontraban a los que llamaban huesudos, constian en eso un par de huesos vivientes, no les molestaban mucho pero comían a cualquier cosa que tuviera pulso, bueno él también lo hacía pero tenía ciertos problemas con eso.

Recargado sobre una pared se encontraba un zombie mientras se arranca un pedazo de piel, sabía que todos algún día se convertirían en un huesudo, suponía que ya se había dado por vencido, perdió las esperanzas, después de eso ya no había vuelta atrás, mirarlo hacer eso lo estaba empeorando, tenía en cuenta que eso era lo que estaba por esperarle, era patético.

Había llegado a unos tipo escaleras eléctricas pero eran planas, se acercó y se dejaba llevar, no quería ser así, estaba solo, estaba perdido, literalmente perdido, jamás había estado en aquella parte del aeropuerto, del lado contrario , pasaban unos niños y se dedicaron una mirada, esos dos también se encontraban perdidos, daban vueltas pero jamás llegaban a algún lado, se sentían atrapados, ¿querrán más que esto?... O él era el único.

Se dirigía un avión en donde se alojaba, entró y como de costumbre estaba atiborrado de mil cosas, se acercó a un toca discos y lo prendió, reproducía la canción Miss you de John Waite, mientras la disfrutaba caminaba hacía uno de los asientos para recostarse sobre el un rato.

Había pasado un buen rato y volvió a salir, iba rumbo a lo que algún día posiblemente fue un área de alimentos, se acercó y vio a su mejor amigo aquel chico que era demasiado tierno para ser un zombie, con mejor amigo se refería a que algunas veces se gruñian y se miraban fijamente, a veces hasta tenían lo podrían que llamar conversaciónes, se encontraban haciendo uno de echo, así pasaban sus días, pero había veces que encontraban palabras de verdad, palabras como:

-Hambre...

Y...

-Ciudad...

Sólo bastó que se dedicarán una mirada afirmando y se pusieran en marcha, a pesar de no poder comunicarse del todo bien, compartían el mismo gusto por la comida. Viajar en grupos tenía sentido, en especial cuando el mundo quería dispararles en la cabeza todo el tiempo, apenas e iban pues eran demasiado lentos, era claro que les llevaría tiempo.

~Mientras tanto del otro lado del muro...

Un grupo de chicos estaban enseñando sus gafetes, ya que prestarían servicio. Se acomodaron y de una pantalla enorme salía un mensaje del comandante.

-Hola y gracias por los servicios de hoy, ya han pasado 8 años desde que esta plaga destruyó nuestro mundo, desde que levantamos este muro...- El mensaje seguía

-¿Crees que todo esto es para una cura?.- Dijo Jungkook al chico que tenía a lado suyo, Hoseok que era su novio, este le miró demasiado indeciso.

-Ya nadie cree que se pueda hayar una cura, Jungkook.- trago algo de saliva en señal de nerviosismo.

El chico nombrado le miró de cierta manera incrédula y solamente volteó de nuevo hacia la pantalla.

-Hemos contado con jóvenes voluntarios como ustedes para recolectar recursos del otro lado del muro.- ahora en la pantalla había uno de esos zombies.-Pero primero debo advertirles algo, a pesar de que parezcan humanos, no lo son, no piensan, no sangran. Ya sean su madre o su mejor amigo, no hay nada que ustedes puedan hacer, son indiferentes, insensibles, incapaces de sentir remordimiento.- Jungkook interrumpió rápidamente mientras seguía el comunicado.

-¿Eso no te suena conocido padre?.- Hoseok le miró de reojo tratando de descifrar al menor.

-Imagínenselos así.- en la pantalla había un par de huesos andante, algo demasiado impresionante y extraño de ver.- cómo los hijos o hijas del que posiblemente sea el único asentamiento de humanos que queda en la tierra. Ustedes son una parte esencial de lo que se interpone entre nosotros y la extinción.- Jungkook tomó la mano de su novio y este con miedo seguía mirando aquel mensaje.- por lo tanto tienen la obligación de regresar a salvo, y si recuerdan su entrenamiento, lo lograrán, buena suerte, tengan fe.- La pantalla se fue a negros, dando a entender que se terminó.

-Vámonos.

Las puertas comenzaban a abrir y ellos ya tenían sus armas apuntando. Tenían que percatarse que el lugar estaba despejado, al frente iba Hoseok,  volteaba para darles a entender de qué podían avanzar.

-"Bienvenidos a la zona de los muertos", genial.- Exclamó leyendo un estúpido cartel Jin, amigo de Jungkook.

Empezaron a andar rumbo a su destino...

»Warm Bodies«  |TaeKook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora