the truth

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Conocía la esencia de todas las cosas, su transformación y su renovación, conocía el secreto del Sol y de la Luna, las leyes que rigen el curso de las estrellas en el firmamento; las imágenes mágicas de las nubes y el aire; los misterios del mar. Conocía los demonios que envían sueños bajo la Luna. Comprendía el grito áspero de la corneja, el volar cantarín de los cisnes, la resurrección del fénix. Podía interpretar el vuelo de los cuervos, el rumbo de los peces y las ideas ciegas de los hombres, y predecía todas las cosas que sucedían después.
Lancelot y Ginebra.

— Es tu decisión si se los dices o no

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— Es tu decisión si se los dices o no. — William me comentó.

— ¿Y qué otra opción tengo? ¿Desmemorizarlos? — dije exasperada.

— Bueno, la verdad es que ese era el plan B...

— ¡No podemos hacer eso! — lo golpeé en el brazo —. Es completamente poco ético.

— Bien, entonces tendremos que decirles la verdad, no hay otra opción — observé de reojo a los cuatro chicos que permanecían sentados unos metros más allá y me abracé a mi misma. Mis nervios están a flor de pie y repentinamente comencé a sentir náuseas. William pareció notarlo y colocó sus manos sobre mis hombros, mirándome con ternura —. Te prometo, Tessa, que suceda lo que suceda estaré contigo.

Se me hizo un nudo en la garganta y entonces mi padre hizo presencia en la sala. Cabe recalcar que nos encontrábamos en el ministerio de magia, en un lugar apartado donde sabíamos que podríamos hablar con tranquilidad. Yo sostenía una bolsa con hielo contra la parte de atrás de mi cabeza, puesto que fue allí donde más me lastimé. William se había encargado previamente de desinfectar las pequeñas heridas superficiales que me realicé en el rostro.

Mi padre caminó a grandes zancadas hasta mí y sostuvo mi cara entre sus manos, examinándome meticulosamente. Hice una mueca y me aparté.

— Estoy bien — le aseguré con una sonrisa —. Will evitó que pasara a mayores.

Papá dirigió su mirada a William, este último se encontraba bastante tenso. Sé que se siente culpable por lo que sucedió, pero estoy segura que de no ser por el cuarteto de idiotas que se metieron en asuntos que no les correspondían todo habría salido según lo planeado.

Rápidamente le relatamos a mi padre lo sucedido y él dirigió una mirada enfurecida a los cuatro merodeadores que descansaban unos metros allá.

— Debes saber que desmemorizarlos es una opción totalmente factible. — me dedicó una mirada compasiva. Yo negué con la cabeza.

— Saben demasiado. Si les quitamos la memoria quedarán vacíos en sus mentes que van más allá de lo que sucedió hoy. Solo queda afrontar la verdad.

— Entonces, ¿prefieres decírselos tú o nosotros? — William habló suavemente.

[...]

Los merodeadores se encontraban en la oficina del padre de Tessa. Esta era amplia, con varias ventanas que permitían la entrada de luz al lugar. Un gran escritorio de roble protagonizaba la habitación y tras él se encontraba sentado Adrastos Norton.

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⏰ Última actualización: Feb 01, 2021 ⏰

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Sempiterno [r.j lupin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora