¡Antes de leer!
Coloqué otra vez un mapa para que no nos perdamos y podamos saber por donde se encuentran nuestros personajes. Recuerden que Izuku es de Nueva York, Katsuki de Georgia (cuadros verdes), van hacia Los Ángeles (cuadro amarillo) y en este capítulo se dirigen hacia Little Rock, Arkansas (cuadro rojo). Ahora sí, ¡disfruten la lectura!
Capítulo 7
Izuku despertó con un sobresalto. Había dormido sin poder descansar a lo largo de la noche y eso se había convertido en pesadillas. No eran nada serio, nada de qué preocuparse ni con significado profundo, pero seguían siendo inquietantes. Yacía en una de las duras camas del cuarto de hotel y se frotaba los ojos con los puños. Un gruñido silencioso escapó de sus labios mientras volteaba hacia el reloj de la mesita de noche. Era demasiado temprano.
Volteó a ver la otra cama del cuarto y sonrió al notar la durmiente forma de Ochako, que estaba desparramada cual estrella de mar, apropiándose de todo el espacio. Izuku removió el pesado edredón que lo cubría en silencio, para no despertarla, y salió de la cama para dirigirse al baño.
Una vez adentro se miró en el espejo, observando el desastre que era. El sueño le había revuelto y enredado los rizos verdes y cubierto sus ojos de lagañas. Bostezando, se enfocó en prepararse para el día antes de regresar a su cama y mirar su celular hasta que Ochako despertara.
La noche anterior, cuando finalmente obtuvieron su cuarto, había dejado su teléfono sobre la mesa de noche que ambos compartían sin molestarse en encenderlo. Izuku estaba seguro de que, en el momento en que lo encendiera, se encontraría con decenas de notificaciones, mensajes de voz preocupados y mensajes de texto de sus padres. Se tragó su aprehensión mientras encendía el aparato pero no pudo evitar asustarse al ver cuánto había destrozado el corazón de su madre al irse.
Izuku Midoriya amaba a su madre más que a nadie. Inko Midoriya había sacrificado mucho por él y su pequeña familia de dos personas antes de conocer a Toshinori Yagi, mudarse a un penthouse en Nueva York y dejar de preocuparse por comida o gastos. Incluso ahora, a pesar del éxito internacional de su esposo, ella seguía siendo la piedra angular de la familia e Izuku estaba seguro de que la había hecho pedazos.
No se sorprendió cuando una cascada de mensajes aparecieron en su teléfono ni de las notificaciones de 20 llamadas perdidas cuando desbloqueó el celular. Al parecer, sus padres no habían sido los únicos que trataron de contactarlo, también sus amigos, como Tenya, Tsuyu y Hitoshi. Aunque Tenya parecía estar más preocupado por el hecho de que Ochako no le respondía, pues sus mensajes consistían en "¿Ochako está contigo?" y "¿Chicos, dónde están? ¡Estoy preocupado!"
Izuku se mordió el labio con fuerza suficiente para sacar sangre. Después de borrar los mensajes de sus amigos, revisó los de su madre y padre, a quienes les rompió el corazón. Agradeció no tener que verlos después de leer los textos.
Izuku, bebé, dónde estás???
¡Llámanos, por favor! ¡Estamos preocupados!
¿Qué pasó? ¿Hicimos algo para que te fueras?
¡Regresa a casa! ¡Lo arreglaremos!
Lágrimas calientes recorrían su cara. No, mamá, no es tu culpa... Pensó mientras miraba la serie de mensajes de texto que había recibido durante las pasadas 48 horas. Volveré a casa pronto, lo prometo.
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"2,645 Miles"
RomanceIzuku quiere llegar al otro lado del país sin que sus padres se enteren, quiere encontrarse a sí mismo. Katsuki está desesperado por llegar a Los Ángeles, quiere reparar sus errores. Ninguno de los dos sabe qué esperar, pero a lo largo de este viaje...