Capítulo 2

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¡Antes de empezar!

Un par de aclaraciones para que no haya dudas a lo largo del capítulo y del fanfic: 1) En este universo alterno existen los quirks, particulares, koseis o dones (yo los traduciré como dones de ahora en adelante), 2) la historia se desarrolla en Estados Unidos, 3) hay varias referencias a la cultura estadounidense, así que si ven algo en negritas, sepan que puse una nota explicatoria en el comentario de ese párrafo. 

Si alguno de ustedes es de Estados Unidos y descubre algún error o mal interpretación de mi parte, siéntase libre de indicarlo en los comentarios correspondientes, ¡así aprendemos todos!  :D



Capítulo 2

12 de julio del 2018, 14:06:23 PM

Izuku era un buen chico. En el colegio nunca sacaba una nota menor a 4.0 GPA, ganando así su posición como el mejor de su clase con apenas un poco de competencia y lo habían aceptado con beca completa en el programa de medicina de la Universidad de Nueva York. Aparte de la escuela, su relación con su madre era excepcional; si alguien le preguntaba a Inko Midoriya sobre su hijo ella podía decir que nunca tuvo razón para disgustarse con él y que siempre hacía todo lo que le pedía con una sonrisa en su cara. Sus vecinos también podían esperar su ayuda si la necesitaban. Sus amigos pensaban que era un ángel, puro y desinteresado, siempre dispuesto a ayudar a otros. Así que, sí, era un buen muchacho y por esa razón jamás habría imaginado que estaría a cientos de kilómetros lejos de casa, aceptando un aventón de dos hombres que tenían un aire ligeramente rudo, violento y profundamente sureño.

El pelirrojo conducía. Desde el asiento de atrás, Izuku podía ver una de sus manos sobre el volante de cuero negro mientras cambiaba la estación de radio con la otra mientras que desde el asiento del copiloto el rubio le gritaba 'escoge una maldita estación, me das dolor de cabeza'.

En serio, Izuku jamás hubiera imaginado que su último verano antes de la universidad sería así.

-Bueno, jamás les preguntamos sus nombres-. Declaró el pelirrojo. -Soy Eijirou. Eijirou Kirishima. Y éste es Katsuki Bakugou. Para que ya no se asusten, deben saber que no es tan horrible como actúa. Solo ladra-. El rubio lo golpeó en el hombro.

-Soy Ochako Uraraka-. Ochako se presentó, sentada en el asiento trasero junto a Izuku y con una sonrisa atravesando sus mejillas rosadas y rechonchas.

-¿Y qué hay de ti, amigo?

-Oh, soy Izuku Midoriya-. Sonrió gentilmente. -Y gracias de nuevo por el viaje, realmente teníamos problemas allá atrás.

-Oh, ni siquiera lo menciones. No somos tan crueles como para dejarlos varados en el camino. Por cierto, Ochako, perdón por casi atropellarte hace rato-. Se disculpó Eijirou. -Realmente no estaba prestando atención a la carretera.

-Bueno, no estoy muerta-. Se rió. -Así que lo dejaré pasar.

Izuku rápidamente se sentía menos entusiasmado por la conversación a la vez que la vista se volvía cada vez más interesante. Miraba el paisaje pasar por la ventana, observando a algunos caballos correr en la distancia y a algunas vacas pastando en sus campos.

-Es muy tranquilo por aquí-. Comentó Izuku. -Realmente debe gustarles, ¿no?

-¿Eh? Digo, seguro, Kentucky es agradable. Tienen esta gaseosa llamada Ale 8 y está el Red River George y demás-. Contestó Eijirou. -Pero no somos de aquí.

-¿De dónde son entonces?-. Presionó el peliverde, curioso de sus salvadores.

-¿Por qué haces tantas malditas preguntas, pecas?-. Katsuki se giró en su asiento para mirarlo. -No es tu jodido asunto.

"2,645 Miles"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora