Mi madre, la zarina Alejandra, confiaba ciegamente en los consejos de Grigori Rasputin, un campesino ruso y stárets ambulante, con fama de hombre santo, cuyos rezos habían aliviado los dolores del joven Alexis muchas veces. Mis hermanas y yo fuimos criadas para ver a Rasputin como confidente. En el otoño de 1907 nuestra tía, la Gran Duquesa Olga Aleksándrovna Románova, fue conducida por el zar a nuestra habitación para que conociera a Rasputin. Mis hermanos y yo llevabamos largos camisones blancos. A todos nos gustaba ese hombre, estábamos cómodos con su presencia. La complicidad de Rasputin con nosotros se hacía patente en muchos de los mensajes que nos enviaba. En febrero de 1909 nos envió un telegrama donde nos aconsejaba "Amar toda la inmensidad de Dios y de su Creación, en especial en esta tierra. La Madre de Dios siempre estaba ocupada cosiendo y recogiendo flores."
Sin embargo, una de nuestras doncellas, Sofía Ivánovna Tiútcheva, se horrorizó en 1910 sobre el hecho de que se le permitiera a Rasputin entrar en nuestras habitaciones cuando sólo llevábamos puesto un camisón. El zar Nicolás le pidió al monje que evitara entrar en esas habitaciones en el futuro. Los niños temimos que las palabras de Tiútcheva hicieran enfadar a nuestra madre. "Tenemos miedo de que S.I. (Sofía Ivánovna Tiútcheva) diga cosas malas de nuestro amigo" escribimos Tatiana y yo a nuestra madre el 8 de marzo de 1910, y añadimos: "Esperamos que nuestra doncella sea amable con nuestro amigo en el futuro". Poco después la zarina despedía a Tiútcheva.
Mientras que las visitas de Rasputin a nosotras eran cconsideradas por el monje como algo completamente inocente en la naturaleza, el resto de la familia estaba escandalizada. Tiútcheva le explicó a la hermana de Nicolá, la Gran Duquesa Xenia Aleksándrovna de Rusia, que Rasputin nos visitaba , hablaba con nosotras mientras nos preparábamos para ir a dormir y nos abrazaba y acariciaba. Las niñas habiamos sido instruidas para no hablar el monje en su presencia y para ocultar sus visitas a las habitaciones. El 15 de marzo de 1910 Xenia, la hermana de Nicolás, no podía entender la actitud de la zarina y los niños hacia Grigori al que considerábamos casi como un santo, cuando no era más de que un vulgar jlyst.
En la primavera de 1910 María Ivánovna Vishniákova, una doncella real, denunció que Rasputin la había violado. La zarina se negó a creerla y insistió en que todo lo que Rasputin hace es santo. Las acusaciones de Vishniákova fueron inmediatamente investigadas, sin embargo sorprendieron a la joven en la cama con un cosaco de la Guardia Imperial. Impidieron a Vishniákova acercarse a Rasputin y en 1913 fue despedida.
Sin embargo, Rasputin no sólo había seducido a la zarina, sino también a nosotras, las cuatro Grande Duquesas. El propio Rasputin divulgó las cartas que la zarina y sus hijas le enviabamos. "Mi querido, hermoso, mi único amigo", escribí. A raíz del escándalo el zar, a pesar de la fuerte oposición de su esposa, ordenó a Rasputin que abandonara San Petesburgo por un tiempo, con lo que se fue de peregrino a Palestina. La unión entre lnuestra familia y el monje continuó hasta el asesinato de este el 17 de diciembre de 1916.

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Anastasia Romanov
Ficção HistóricaEsta es la historia de Anastasia Romanov explicada en primera persona. Comenta como fue su infancia en el palacio y, mientras se va desarrollando su vida, se descubre como sobrevive a las fuerzas de la policía secreta bolchevique.