One shots (Sesshrin)

Una verdadera princesa

Sesshomaru suspiró con nerviosismo, se le iba a declarar a la chica que lo traía enamorado desde hace años, Inuyasha su hermano le daba palabras de ánimo para que lo hiciera bien.

-Vamos Sesshomaru, el profesor ya te dio la señal.

Si, porque se le iba a declarar en frente de todo el salón. Tomó el oso grande el cual en sus manos tenía un morral con muchos dulces en el cual había dos globos que decían.

¿Quieres ser mi novia?

Entró al salón, de inmediato las porras empezaron a salir y eso hizo a Sesshomaru sentir más confianza por lo que se puso frente a la mujer de sus sueños.

-Kikyo ¿Quieres ser mi novia?

Todos se quedaron en silencio, Sesshomaru sonrió al pensar que la joven estaba nerviosa y sorprendida pero la realidad fue otra, otra que no quiso escuchar.

-Lo siento Sesshomaru, tu no me gustas, mira tus lentes feos, tienes granos y eres un antisocial -Ahí todo el mundo de Sesshomaru se derrumbó y la vergüenza de ser rechazado en público lo hizo bajar la mirada por lo que salió corriendo del salón ante la preocupada mirada de todos sus compañeros que comenzaron a mirar muy feo a Kikyo sin notar que una chica se había salido lentamente del salón.

Sesshomaru fue hacia la parte de atrás de los salones de esa preparatoria y se sentó en la tierra con su cabeza baja, las lágrimas quisieron salir pero su orgullo no se lo permitía ¿Cómo se atrevió a hacerle eso?, Kikyo la persona que dijo que no importaban las apariencias si no lo que llevaba dentro, la que se ponía celosa cuando se acercaba a la más inteligente y buena del salón.

Estaba tan concentrado recordando lo que había pasado que no se dio cuenta de los pasos que se acercaban a él.

-Si quieres me puedes dar eso a mí.

Fue como la voz de un ángel para él, una voz tan dulce que conocía muy bien y cuando alzó la mirada, vio a la chica mas linda que haya imaginado sus hermosa sonrisa lo cautivó.

-Yo si lo quiero.

-Tómalo si así lo quieres -La joven se acercó a él y tomó al oso.

-Eso quiere decir que también soy tu novia.

-No.

-Que mal.

Era Rin, la chica a la cual Kikyo le tenía celos, él siempre pensó que esa chica en realidad no era así de buena pues la joven que lo rechazó hablaba cosas muy malas de ella y él siempre le creyó pero en cambio otras personas decían que era la niña más buena e inteligente del salón que todos la querían porque daba apoyo y era la única que no hablaba mal de nadie incluso trataba de buscar lo bueno de cada persona.

Ahora comprobaba que era verdad todo lo que sus compañeros decían.

-Pero haré todo lo posible para que me quieras y que tu corazón ya no duela más.

-No hace falta -Su corazón latía y de pronto esa niña se le hacía más bella que cualquier otra, parecía una bella princesa. ,

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Y así lo hizo Rin luchó cada día hasta que finalmente él logró sacar a Kikyo de su mente, Sesshomaru jamás se imaginó estar junto a la chica mas buena del mundo.

Ahora tenían dos años de casados y estaban esperando a un nuevo miembro en la familia.

Las cosas habían cambiado, Sesshomaru ya no era el antisocial feo de antes, ahora era un poco amargado pero guapo chico, nada quedaba de su adolescencia, sólo ese buen corazón.

En esta ocasión Sesshomaru miraba a Kikyo parada frente a él, con lágrimas en los ojos y debió admitir que le dio tristeza verla así.

-Perdón Sesshomaru.

-No pasa nada, ya todo está olvidado.

-Pero te lastimé -Se iba acercando -Si hubiera sabido cómo iban a suceder las cosas, jamás te hubiera rechazado, hubiera evitado que esa tonta de Rin te ganara.

El peliplata de inmediato supo lo que siempre le tuvo Kikyo a Rin.

Envidia.

Kikyo antes de que Rin llegará a la secundaria, era la chica mas bonita e inteligente del salón pero cuando la azabache apareció le quitó el puesto pero la nueva tenía otro punto a su favor, era buena y amable, ayudaba a los que necesitaban aprender más, gracias a ella mucho alumnos cambiaron y no reprobaron, en cambio Kikyo siempre los trató de humillar, decía que era la más lista y que nadie merecía de su ayuda.

-Lo siento, pero yo estoy casado.

-Pero tú me amas a mi.

-No, realmente amo a Rin y al niño que viene en camino.

-¿Por qué a ella?, Al rato va a quedar toda fea llena de estrías y gorda.

-¿Qué importa?, Ella me quiso con granos y lentes, ella se fijó en mis sentimientos y aunque tu no tengas estrías y no estés gorda, ella seguirá bella por dentro.

Y así la dejó sola afuera de su casa, en verdad no le deseaba nada malo a Kikyo pero ahora amaba a Rin.

Vio a Rin sentada en el sillón acariciando su enorme vientre con felicidad y cuando volteó a verlo aquella sonrisa se ensanchó.

-Se está moviendo.

-¿En serio? -Se fue a un lado de ella y comenzó a acariciar aquella barriga sintiendo de inmediato como el bebé le daba patadas -Se siente mucho.

-Lo sé -Lo tomó de la mano y miró a los ojos -Son un par de peleoneros.

-Si -Sonrió pero de pronto la volteó a ver -Peleoneros.

-Vienen dos.

-¿Qué?

-Al parecer están tan juntos por eso tuvo miedo a que saliera con una deformidad.

-El único día que no te acompaño es cuando pasan las cosas más interesantes.

-Y son niño y niña.

-¿Qué?

-A la otra no debes faltar, no sabes lo que puede pasar.

-Si, lo sé -La vio una vez más, era tan bella con esos ojos avellana los cuales tenían un brillo especial de amor y ternura.

Desde que comenzó a quererla, Sesshomaru supo que una princesa no es aquella mujer bella que se cree inalcanzable, una princesa es aquella que es bella por dentro y tiene humildad para ayudar a los demás.