7. "Lo raro no tiene porqué ser malo"

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Daniel todavía no entiende como es que esto pasó. Él solo estaba estudiando tranquilamente y de un momento a otro todo se convirtió en una sesión de matemáticas en el piso del señor Miyagi con sus ex-matones de la escuela. Y no fue tan malo.

Joder, ¿se perdió de algo en el camino? Probablemente las matemáticas hicieron que no notara enseguida lo raro que esto es. Cuando está emocionado por algo no suele notar las cosas a su alrededor. Mentiría si dijera que no se sintió bien tener compañía de su edad, pero ¿ellos? Cualquiera diría que está loco, Daniel cree que está loco, pero... El señor Miyagi confía en ellos, ¿no? Está comenzando a entrenarlos, aunque ellos todavía no estén enterados. Entonces, debería dejar de preocuparse por la posibilidad de que salten sobre él, ¿no?

—¿Puedo tener a Daniel ahora? —Jimmy pregunta de repente, cuando Daniel ha terminado de explicarle el último ejercicio a Johnny, acercándose a él con una de las guías de ejercicios en la mano—. Todavía fallo en esta parte.

Mientras, Bobby está enseñándole a Dutch algunos trucos sobre selección de alternativas.

Daniel cree que debería estar cuestionando más profundamente todo esto. ¿Por qué los está ayudando? ¿Por qué, para empezar, ellos dicen cosas como "¿Puedo tener a Daniel?"? Pero su cerebro ya está trabajando en el ejercicio de matemáticas que le muestra Jimmy, y es mucho más fácil concentrarse en eso.

—Tienes un problema con el segundo paso, aquí. Los inviertes de la forma incorrecta —Daniel encierra la falla en un circulo—. Imagínalo como un reloj, las manecillas del reloj van a la derecha, ¿no? Y nunca cambian. Entonces, cuando veas este ejercicio, solo visualiza un reloj y ve para donde sabes que gira. Aquí, mira, resuelve este de nuevo —le señala otro de los ejercicios.

Jimmy asiente con atención y se apoya en sus piernas para comenzar a resolverlo.

Luego, Daniel le explica a Tommy su propia forma de recordar fórmulas matemáticas:—Ya sabes, ponle un nombre estúpido a cada parte, entonces no lo olvidarás.

—Soy bueno haciendo eso —asiente Tommy.

Obviamente lo es.

Johnny bosteza a su lado, arrugando la nariz, y Daniel se da cuenta de que está apoyado contra su hombro y Johnny no lo ha golpeado por eso, ni tampoco lo ha apartado. Es... extraño.

—¿Lo dejamos por ahora? —le pregunta al rubio a su lado, bajando la guía a un lado.

—No tengo sueño, LaRusso, no soy una pequeña niña.

Daniel tuerce el gesto en una mueca de burla.

—Si, por supuesto. Entonces esos bostezos no significan nada, ¿verdad, chico nocturno?

—Te tiene ahí, Johnny —Tommy se ríe.

—Cállate —Johnny le lanza una bola de papel a su amigo en la cara. Y luego bosteza otra vez.

Daniel rueda los ojos.

—Si, está bien, suficiente. Nada más va entrar en tu cerebro ahora. De todos modos, lo estás dominando lo suficiente como para tener una nota decente.

Johnny parpadea hacia él.

—¿Tú crees?

—Si, a no ser que te quedes dormido en el examen, idiota.

El rubio parece querer discutir, pero finalmente solo asiente.

—Bien, LaRusso, te dejaré ganar este.

Una sonrisa condescendiente se dibuja en el rostro de Daniel.

—Si, seguro.

—Debería cobrarles por esto, ¿verdad, chicos Encino? —bromea.

Daniel LaRusso & the ex-Cobras | Lawrusso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora