Johnny llega a la casa de Daniel diez minutos antes de la hora acordada, en parte porque la ansiedad previa al momento le está jodiendo la cabeza y ya no quiere seguir soportándola, pero también porque sintió que, si no se iba hacia allá en ese mismo momento, se autosabotearía y huiría, y Daniel lo odiaría de nuevo.
Ni siquiera sabe porque le importa tanto ésto. Es estúpido. Simplemente le está haciendo un favor a un amigo. Y woah, ¿no es eso extraño? Todavía no se acostumbra a la palabra amigo cuando se refiere a LaRusso, es extraño, sobretodo porque no se siente igual estar con Daniel que con cualquiera de sus otros amigos.
Con LaRusso es emocionante y explosivo de una forma diferente. Johnny prefiere no ahondar en las razones de porqué se siente así, aunque la respuesta está ahí, balanceándose cada vez más cerca del borde desde el momento en que tuvo un ataque de pánico de la puerta del lugar de Daniel.
Tal vez incluso antes...
Johnny golpea la puerta con los nudillos y espera, mirando en diferentes direcciones para distraerse en la espera.
—¡Ya voy! —Daniel grita desde el interior, y luego se escucha la caída de un par de cosas. Johnny no puede evitar sonreír al imaginarse la caótica imagen de Daniel dirigiéndose a abrir la puerta.
En ese momento, la puerta del departamento de al lado se abre y de ahí sale Freddy Fernández, el idiota nerd que está en el equipo de fútbol. El tipo se ve a Johnny y se detiene en seco en su puerta, como si hubiera visto a un fantasma verdaderamente aterrador. Johnny lo mira con los brazos cruzados sobre el pecho y alzando una ceja.
Como es un Johnny reformado (y sobretodo porque LaRusso probablemente se molestaría con él por intimidar a su amigo), no le dice ninguno de todos los insultos que está pensando con solo ver su cara. Eso no significa que no pueda divertirse un poco de estar intimidándolo solo con su presencia.
Freddy Fernández cierra la puerta rápidamente al mismo tiempo que LaRusso abre la suya. Luce despeinado, pero sonríe ampliamente al verlo. Hace que las mejillas de Johnny enrojezcan apesar de todos sus esfuerzos porque no suceda.
—¡Hola Johnny! —saluda con entusiasmo.
—Hey —responde el rubio, mucho más bajito y menos entusiasta, pero LaRusso sabe que él es más callado, así que no se ofende. Luce muy alegre, de hecho. Aunque Johnny también se vería así si hoy fuera el día en que al fin le retiran una férula.
—Lo siento, me tropecé un poco en el camino a la puerta —LaRusso se excusa, rascándose la nuca con nerviosismo.
Johnny sacude la cabeza.
—No pasa nada —dice, y luego agrega más maliciosamente:—Todos sabemos que tienes dos piernas izquierdas.
—Jaja, muy gracioso, Johnny. Dame un minuto y nos iremos —pide el moreno, al tiempo que Johnny entra en la casa—. Gracias de nuevo por hacer esto, enserio.
—No es nada —Johnny se encoge de hombros y ésta vez no hay una broma detrás.
Pero lo es. Lo es para Daniel y también para Johnny. Es algo.
LaRusso se va y lo deja en la sala de estar
Johnny ya ha estado dentro de la casa de LaRusso antes, aunque prefiere olvidarlo considerando que lloró como una niña pequeña en ese momento (y LaRusso lo hizo sentir a salvo, otra cosa en la que defintivamente tampoco quiere volver a pensar). Sin embargo, todavía le sorprende lo cómodo que parece su hogar, con las fotos en las paredes de LaRusso y su madre, pegatinas de proyecto de él en el refrigerador y, en general, algo pequeño pero familiar.
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Daniel LaRusso & the ex-Cobras | Lawrusso.
FanficLos ex-cobras, a la deriva desde el torneo, deciden pedir disculpas a Daniel. El resultado de esto podría llegar a ser mucho más de lo que esperaban. Pronto, los ex-cobras comienzan a entrenar con el señor Miyagi, y entre encerar y pulir empiezan a...