V

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Despierto algo aturdida y magullada. Ali ya se ha ido. Siempre hace eso. Puta. Me entran unas ganas terribles de ir al baño y casi me vomito encima. Mierda, bebí demasiado. Echo todo lo que tengo dentro y me doy asco. Es una sensación repugnante lo que siento ahora mismo dentro de mí.

Bajo a beber un vaso de agua y recuerdo los sucesos. La pelea con Lauren y Male... Male. Dios. Qué chico.

Me veo en la obligación de tomarme una pastilla y necesito una ducha.

Bajo duchada y echa polvo a la planta baja. Papá y mamá no están. ¿Porqué se van de casa tanto tiempo sin decir nada antes? Me dejo caer en el sofá. Y justo cuando acabo de tumbarme tocan al timbre. Ando malhumorada hacia esta. Abro a punto de gritar a quién sea. Mi cara se desencaja cuando veo a los tres en la puerta.

-¿Cómo va esa resaca?- dice Male risueño. Me despeina el pelo mojado y se abre paso con Drake y Sam cargados hasta arriba de bolsas.

Les miro sin entender qué pasa y cierro la puerta.

-Drake, ¿qué pasa aquí?- pregunto.

-Mamá y papá se han ido dos semanas, el lunes es fiesta en el insti por lo que Sam y Male se van a quedar a dormir aquí- dice contento.

¿¡Qué!? ¿¡A dormir!? ¿¡Male!? ¿¡Aquí!? Oh, mierda. Los miro mientras de las bolsas sacan todo tipo de guarrerías: gominolas, patatas fritas, chocolatinas, helados de muchos sabores, confituras, gelatina... Dios.

Llevo las cosas de Sam a mi cuarto por petición suya y me siento a su lado.

-¿Qué tal va todo con Drake?- ella suspira risueña cuando le pregunto sobre el tema.

-Jamás me ha ido mejor con nadie- me habla contenta, le sonrío a duras penas –Parece que por fin Male lo acepta- dice contenta.

-Genial- digo.

-Sí- contesta –Y él también está contento, más que nunca- dice clavando sus ojos en mí. Trago saliva sonoramente ¿Lo sabe?

-¿Por qué?- aparta los ojos de mí.

-Por fin se ha dignado a conocer a alguien- dice ella encogiéndose de hombros –No se quién es, pero a Male le gusta- dice ella.

-Genial- digo de nuevo. Me repito más que el ajo.

La tarde transcurre tranquila y dejamos a Sam y Drake mientras juegan al Uno. Male y yo pensamos en cocinar algo. Cerramos la puerta de la cocina y éste me mira.

-Estás fatal- dice.

-Vaya, gracias, yo también me alegro de verte- comento irónica.

-Es broma- ríe y se acerca peligrosamente a mí.

Ni si quiera me ha dado tiempo para pensar en él. Ni en lo que hice anoche. Ni en nada, es demasiado pronto, mierda.

-Vaya mierda de segunda cita- digo. Y el explota a reír.

Nunca lo había visto reírse tanto. Sonrío tanto como puedo e ignoro el dolor de cabeza. Sí, me gusta. Y el temor a aceptar ha desaparecido por completo.

-He improvisado lo que he podido- se encoje de hombros.

-Bueno, es un gran paso que no me hayas dejado deambulando sola por la feria esta vez- hace un mohín con sus labios y amago una sonrisa. Quiero besarle.

-Sabes que no fue a propósito- a la vez que atrapa mi cuerpo, atrapa mis labios.

-Eres rápido- murmuro sobre sus labios. Sonríe y me besa, y sin duda alguna, me dejo besar.

El monstruo IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora