El día siguiente transcurre sin incidencias por parte ni de Lauren, ni de Alex. Evito contacto con él pese a su intento de acercarse a mí a toda costa. No quiero ni que me mire.
-Parece que la perra ya se ha cansado- asiento desganada y recuerdo que no he mirado el móvil desde ayer. Male tiene que estar que se sube por las paredes –Y encima Alex ha vuelto con ella ¿Te lo puedes creer?- paso de prestarle atención. Gracias a dios, y a un peinado que consiste en retirar el pelo del lado derecho y echarlo todo al izquierdo, la mejilla no se me ve y nadie ha notado nada –Volvieron el miércoles y ella el viernes se lió con el amigo pivonazo de tu novio pivonazo- niego con la cabeza.
Camino hacia afuera y descubro a Male en la entrada con cara monumental de enfado. Demasiado. Me recuerda a la cara que me puso el día de las barracas, el primer día que lo ví y la primera vez. Me acerco peligrosamente a él.
-Male yo...- me agarra de la mano y me lleva hasta el coche y me lo señala.
Abro mucho los ojos y me llevo las manos a la boca. Mi coche está rallado a más no poder, y en el cristal de atrás está escrito con color negro "Guarra". Él me mira pidiéndome explicaciones pero a mí me falta el habla ¿Cómo ha sido capaz de hacerme algo así?
-¿Por qué no me has dicho nada de esto?- pregunta duro. Le miro con desesperación, no quiero llorar. No quiero, no quiero, no quiero -¿Por qué no me has dicho que te estaban molestando?- pregunta en un tono demasiado alto y demasiado cerca. Cierro los ojos con fuerza.
-No me grites- susurro aún con los ojos cerrados.
¿Me pegará él también? La situación es parecida a la de ayer. Me encojo en mí misma y me hago más pequeña de lo que antes ya era. Le oigo suspirar y sus brazos me abarcan. Lo necesito, lo necesito como al aire que respiro.
-¿Por qué no me lo has dicho?- pregunta ahora con su voz más dulce. Más tranquila.
-Porque no quiero que reacciones mal- le susurro.
-Créeme, estoy haciendo mis mayores esfuerzos por contenerme- comenta con una risa amarga, casi maquiavélica.
-¡Destinee!- oigo la voz de mi mejor amiga –Oh, mierda- dice ella.
Me giro a mirarla y veo que ella mira el coche horrorizada. A mí también me cuesta mirarlo. ¿Por qué lo ha hecho? Vale que quiera venganza por lo de la otra noche, pero todo tiene un límite.
-¿Cómo ha sido capaz esa hija de la gran puta?- ahora que me percato. Male y Ali ni si quiera se conocen formalmente. Pero los dos saben quien es el otro.
-¿Acaso tú sabes quien ha hecho esto?- la miro con los ojos abiertos desde los brazos de Male. No, no lo digas. Pero ella no parece captar el mensaje.
-Claro que lo sé, Lauren Bynes- dice ella –Pero no venía a eso exactamente- dice ella. Ahora me mira a mí -¿Qué pasó ayer con Alexander, Destinee?- se cruza de brazos mirándome, esperando que se lo explique. Lo sabe todo, de seguro que Alex, muerto por la culpa, ha recurrido a ella.
Male me mira expectante.
-Esto es rídiculo- dice ella. Se acerca a mí y me aparta el pelo de la cara para dejar al descubierto la mejilla ligeramente hinchada y con algo de lila en mi piel –No me lo puedo creer- dice ella.
Male me suelta y nos mira a ambas.
-Me estoy perdiendo- dice él.
-Oh, esto es muy sencillo- habla Alissa realmente cabreada –Hay una zorra, que por cierto, la otra noche se lió con tu amigo pivón- enfatiza, aún está picada por eso –Que nos está haciendo esta última semana imposible por el hecho de que nos odia, a ambas- dice ella.
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El monstruo II
RomanceSegunda entrega de la trilogía "El monstruo". Todo se vuelve flexible y tremendamente frágil. Ya no hace falta respirar para sentirse vivo, ni hace falta cerrar los ojos para estar en paz. Ahora la oscuridad y la soledad es lo que le provoca un pavo...