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Los demás habían ingresado a un manantial. Yo iba a seguirlos, pero aquellos recuerdos con Sasuke todavía rondaban en mi mente.
—Te dije que vinieras por tu propia voluntad.
La voz de Toneri detrás de mí captó mi atención. Él se encontraba sonriendo, mientras todavía mantenía sus ojos cerrados.
—¿Dónde está Hanabi?
—No te preocupes, ella está dormida en mi castillo.
—Regresa a Hanabi —advertí, furiosa.
—Eso dependerá de tu respuesta —dijo, tranquilamente—. Nosotros... Debemos casarnos.
—¿De qué estás hablando? ¿Casarnos?
Sus palabras me habían desconcertado tanto que no me percaté de que él había comenzado a avanzar. Sin embargo, antes de que pudiera tocarme ha sido alejado por Sasuke.
—Aléjate de ella —amenazó el Uchiha, mientras ocultaba mi presencia detrás de él para que así Toneri no pudiera verme.
—Tú de nuevo. Estás en mi camino, muévete.
Sin pensarlo demasiado, Sasuke se ha lanzado para atacarlo y entonces él y Toneri comenzaron una batalla. No obstante, la batalla que ambos mantenían no duró demasiado, ya que Sasuke no tardó en golpearlo fuertemente.
El rostro de Toneri comenzó a quebrarse en pedazos, lo cual nos indicaba que se trataba de una marioneta. Él se levantó y caminaba en mí dirección a pasos lentos, mientras me miraba fijamente.
—La próxima vez vendré con mi cuerpo real —dijo, con un tono de voz tranquilizador—. En ese entonces, me darás una respuesta.
La marioneta de Toneri se derrumbó frente a nosotros y Sasuke no tardó en verme con una expresión confusa y preocupada. Pero no había tiempo para realizar preguntas, por lo que él me aferró a su cuerpo para así ingresar al manantial por el cual habían avanzado los demás.
Un monstruo cangrejo se encontraba bajo nosotros, completamente destruido debido a un golpe de Sakura.
—Sasuke – kun —le llamó Sakura, con un tono de voz poco amistoso—. Si vuelves a dejar a ____ – san desprotegida vas a probar mis puños, ¿oíste?
Algunos de los presentes se quedaron sorprendidos por las palabras de la Haruno, ya que nunca esperaron que ella amenazara al hombre del cual estuvo enamorada por mucho tiempo.
Sasuke no dijo nada. Y a continuación habíamos llegado al otro lado de la cueva. Ninguno de nosotros podíamos creer lo que veíamos.
Nos encontrábamos en un extenso océano, donde no muy lejos de donde nos encontrábamos había una isla que parecía estar flotando. Todo era extraño.
Entonces, Sai realizó unas aves de tinta para que pudiéramos cruzar el océano sin problemas. Sakura había querido compartir conmigo, pero Sasuke se apresuró a subirle a aquella ave para luego montarse él y elevarnos. Al final, Sakura ha tenido que compartir con Naruto.
