𝐂𝐀𝐎𝐒

𝐍𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐞𝐦𝐩𝐥𝐞𝐨

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Queens, viernes 07:50 a.m.
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El alarma del despertador sonó tarde. Cuando Arwen abrió los ojos y miró la hora apenas tuvo la oportunidad salió de un brinco de la cama y a toda prisa hizo lo posible por ducharse en cinco minutos y tomar la primer muda de ropa que encontró en su armario.

—Carajo, Arwen, el primer día en el estúpido trabajo y ya vas tarde. Eres increíble. —Se reprendió a sí misma.

Había logrado conseguir un empleo en una pequeña cafetería propiedad de una vieja amiga de su padre; el local quedaba cerca del banco y era una buena coartada para pasar desapercibida y poder obtener la información necesaria del lugar para realizar el siguiente robo. Mientras terminaba de vestirse, su teléfono sonó y al ver el registro de la llamada dudó en contestar pero al final lo hizo.

— ¿Sí?

— ¡Por el amor de Dios, Arwen, hasta que contestas!

—Hola a ti también, mamá...

—Nada de "hola a ti también, mamá". ¿Por qué no respondes a mis llamadas? ¿Sabes lo preocupada que me tenías?

—Lo sé, lo sé, lo lamento. Con esto de la mudanza no he tenido tiempo de siquiera ver la hora en el celular, perdón. —Explicó mientras fue hasta su pequeña cocina para poder tomar una dona y el cartón de jugo antes de darle un trago como parte de su desayuno express.

La respuesta de su madre fue soltar un suspiro de pesadez pero que Arwen sabía era señal de haber calmado un poco la preocupación de aquella mujer.

— ¿Estás comiendo bien?

Si su madre hubiera visto el desayuno que Arwen había tomado en menos de cinco minutos estaba segura que le hubiera generado un infarto.

—Ah, sí, sí, claro...

— ¿Y Harley? ¿Estás cuidando bien de él? Su madre está algo preocupada porque tampoco le ha respondido.

—Ah sí, deberías verlo. Está emocionado con comenzar la escuela tan pronto como le sea posible. —Aseguró aquella joven que ya había tomado su mochila y sus llaves dispuesta a salir de casa.

— ¿Están durmiendo temprano? Arwen, recuerda que la madre de Harley te lo ha dejado a cargo.

—Mamá, relájate, estaremos bien, ¿sí? 

—No me pidas que me relaje, ¿te parece que para mí es fácil saber que mi hija se encuentra en otro Estado? Fue una terrible idea dejarlos ir solos a New York. —Nuevamente se lamentó su madre.

—Mamá, estaremos bien, relájate —Arwen sabía que tratar de dialogar con su madre era una misión imposible pero no tenía más palabras para darle de consuelo que esas—. Recuerda que Harley está de intercambio solo este semestre y aquí hay una buena probabilidad de que consiga un trabajo donde me paguen mejor para poder ayudarte con Rose.

—Está bien, está bien. Entiende que esto es nuevo para mí y que me aterra que algo te pase por allá tan lejos de casa...

—Mamá...