021 "Perrito encerrado"

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-si quieres busco algo para que comamos- cuando la mano del mayor estaba por abrir el refrigerador, una manita más pequeña la tomó rápidamente, sorprendiendo al pelinegro.

-no quiero molestarlo hyung, tranquilo- afirmó el rubio, sin aún darse cuenta del contacto físico.

Pero cuando sintió que Yoongi entrelazaba sus dedos con los suyos, bajó la mirada hacia las manos ya entrelazadas.

-mi mano es muy pequeña...- susurró tras ver la diferencia de tamaños.

-es tierna- dijo con una sonrisa, haciendo sonrojar al menor -ah y, Jimin- el mencionado alzó la mirada para encontrarse con los hipnotizantes ojos del alfa -no molestas-

-¿e-eh...?- dudó un poco desconcertado.

-no me molestas, jamás lo haces- contestó de manera firme.

-¿ha-habla d-de lo que p-pasó en la cascada?- la voz del omega temblaba.

No era como si Jimin jamás hubiera tomado la mano de alguien.

Pero la mano de su predestinado lo ponía eufórico, el tacto divino de sus dedos era cálido. Jamás se había sentido tan bien con las manos entrelazadas.

-si, de la cascada y ahora mismo- agregó.

-pero usted no quería salir hyung- se defendió el menor.

-no, no quería salir porque tú seguías ahí- confesó con la voluntad que nunca supo de donde sacó.

-¿que?- el omega ahora creía que lo que estaba viviendo era un sueño.

-yo solo quería pasar el tiempo contigo, ahora también- suspiró.

-¿se lo vas a decir?- preguntó el lobo de Yoongi, quien asintió como respuesta.

Fue el pelinegro quien deshizo el contacto entre sus manos, pero fue para finalmente abrir el refrigerador.

Allí al fondo se encontraba un plato con los brownies de chocolate.

Los dejó en la mesada y esperó la reacción del omega, la cual llegó de forma rápida tras oler el maravilloso aroma que el postre poseía.

-hice brownies, no sabía si te gustarían pero algo es algo, ¿no?- se dirigió al rubio, quien lo miraba con ojos brillosos -¿te gusta?-

Jimin se sintió morir, ¿su alfa ya había estado preparándose para cortejarlo sin siquiera saber que eran predestinados?

-se ven deliciosos hyung, ¡muchas gracias!- contestó el menor con una sonrisa risueña. Sus mejillas estaban sonrojadas. Jamás nadie le había horneado algo por gusto, y es que ahora se imaginaba a Yoongi como cocinero y joder.

No pensaba que el pelinegro tuviera esa habilidad.

-¿quiere que le haga un café?- preguntó el rubio en lo que terminaba el suyo.

Yoongi se congeló. El jamás dejaba que los demás le hicieran un café porque siempre lo hacían mal. Sus gustos por el café eran terriblemente complicados. Ni un poco más, ni un poco menos de nada.

¿Enserio creerían de que porque fuera Jimin, su predestinado y niño bonito, cedería?

Pues claro que si.

-claro, yo prepararé la mesa- asintió tomando con sus manos el plato con los brownies.

-h-hyung- lo detuvo el menor.

-¿que pasa?-

-los brownies... ¿por qué los hizo de chocolate?- si bien al omega si le gustaba el chocolate, quería ver la reacción de su hyung.

Peach and Mint [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora