Capítulo 16

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Lentamente abrió los ojos, había intentado dormir durante toda la noche, pero en su mente se seguían reproduciendo los acontecimientos vividos una y otra vez, se quedo acostada en la cama, mirando fijamente el techo mientras un hondo suspiro se escapada de sus labios.

-Jennie - susurró. Una de sus manos acariciaba el lado vacío de la cama y con la otra acariciaba su vientre, permaneció perdida en sus pensamientos, y una vez más todas las palabras que le había dicho a su novia se volvían a repetir. -Necesito estar tranquila - dijo para si misma.

Se había estado repitiendo todo el tiempo intentando convencerse que había tomado la decisión correcta, unos suaves golpes en la puerta la hicieron volver a la realidad.

-Adelante.- se sentó en la cama.

-¿Lograste dormir?- pregunto Jisoo, entró con una charola en la mano, se acercó y se sentó en la orilla de la cama.

-Un poco... Lamento haberlas involucrado.

-No te preocupes Lisa, estamos encantadas de tenerte aquí - Jisoo se quedo un momento en silencio, Lisa había comenzado a desayunar - Anoche... Jennie vino a buscarte - Lisa dejó de comer y la miro con sorpresa - Yo... bueno... le dije que... no estabas bien y que... lo mejor era que se fuera- jisoo bajo su mirada , no sabía si había hecho lo correcto.

-Gracias - susurro la rubia - Aún no estoy lista para hablar con ella o verla.

-Dijo que hoy volvería - Jisoo solo se encogió de hombros - Y con lo poco que la conozco... creo que insistirá en verte-

-Lo sé - Lisa sonrió por primera vez desde anoche - Es muy testaruda, pero aún no quiero verla, por favor Chu - miro a la pelinegra con suplica, necesitaba ordenas sus ideas y sobre todo necesitaba estar tranquila, Jisoo asintió y sonrió.

Después de la noche más larga de su vida por no tener a Lisa al otro lado de la cama, Jennie se levanto más temprano que de costumbre, se arregló y ordenó un poco el departamento, necesitaba recuperar a su rubia y a su bebé y lo único que se le ocurrió fue ir a buscarla y llevarle unas rosas y sus chocolates favoritos.

-¿No piensas devolverme mi auto?

Jennie se giro rápidamente, se llevo una mano a su pecho y suspiro - ¡Demonios! Irene me asustaste-

-¿A dónde vas? 

-Voy a buscar a Lisa, necesito hablar con ella, pedirle que regrese a casa, que la amo y amo a mi hijo, que no puedo estar sin ellos- decía demasiado rápido haciendo reír a la pintora.

-Respira, te pareces a Rosé - se burló - ¿y crees que con unas rosas y unos chocolates te perdonará?

-Siempre funcionan - decía la castaña convencida de que su idea era la mejor

Irene suspiro y negó - Jennie. olvidaste llegar a la cita donde dirían el sexo del bebé, Lisa te dejó y no creo que haya sido solo por eso, ahora ¿crees que eso funcione?

La coreana miro sus regalos, se quedó pensando - Voy a intentarlo...

-Bien, pero si esto falla, me dejarás ayudarte - dijo la pintora subiendose en el lado del copiloto.

En cuanto llegaron a la casa ninguna se atrecía a bajar del auto, Irene observaba la casa, nunca había visitado a Rosé, su hogar le parecía bonito y Jennie solo miraba mientras sus dedos se movían de manera nerviosa golpeando el volante del auto.

-¿Vas a bajar o te quedaras aquí hasta que las flores se sequen? - vio que su amiga seguía sin reaccionar - Bien, yo tocaré la puerta - Irene se bajó haciendo que la coreana despertara.

-¡No!, espera - la castaña rápidamente bajó del auto y detuvo a su amiga antes de que llegara a la puerta - Yo lo hago.

Se acercó, respiro hondo y tocó el timbre, Irene había regresado al auto por las flores y los chocolates que la coreana había dejado; dentro de la casa todo parecía tranquilo, pasaron unos minutos hasta que se escucho que alguien se acercaba a la puerta.

-Jennie - dijo la peliinegra sorprendida, salió y cerró un poco la puerta - ¿Qué haces aquí? - al ver a Irene cerrar el auto la saludo haciendo un gesto con la mano.

-Quiero hablar con Lisa - dijo con firmeza

-... No quiere hablar contigo

-Quiero que ella me lo diga y no me voy a ir hasta que no hable con ella - camino un poco hacía el jardín y comenzó a gritar -¡LISA TE AMO! Y NO ME VOY A IR HASTA QUE ME ESCUCHES - se quedó ahí de pie con sus flores y sus chocolates en la mano.

Jisoo entro a la casa y subió hacia la habbitación de Lisa que estaba sentada a la orilla de la cama viendo la ventana, la pelinegra se sentó junto a ella - Ya la escuchaste 

-No estoy lista para hablar con ella - la voz de Lisa comenzaba a quebrarse y unas rebeldes lágrimas escapaban de sus ojos - Por favor Jisoo, dile que se vaya - la pelinegra se acercó y la abrazó, permanecieron así bastante tiempo hasta que la bailarina se calmo un poco, Jisoo la ayudo a recostarse para que descansara.

Jennie seguía de pie fuera de la casa mientras que Irene estaba recargada en el auto viendo a su amiga que comenzaba a ponerse nerviosa, si eso no funcionaba tenía que empezar a idear algo para que la rubia perdonara a Jennie o por lo menos para que pudieran hablar.

-Por fin - dijo la corena cuando la puerta se abría pero se detuvo al ver que no era su rubia.

-Lo siento, esto no le hace bien ahora, por favor Jennie vete, necesita estar tranquila, dale unos días - decía la pelinegra de la manera más tranquila posible.

-¡No!, no me voy hasta que me escuche, ¡LALISA! ¡LISA! ¡LISA! - comenzó a gritar desesperada, sin querer sus lágrimas comenzaban a bajr por sus mejillas, se dejó caer de rodillas en el suelo mientras soltaba de sus las flores y los chocolates, Irene se acercó rápido y abrazó a su amiga quien rompía en llanto -Por favor Jisoo ayudame-

A la pelinegra se le hizo un nudo en la gargante al ver a la coreana de esa manera - Esta bien, te ayudare, pero hoy necesitas calmarte y dejar que ella este tranquila, hazlo por el bebé - Suplicó. La coreana sin dejar de llorar asintió.

-Dale esto, por favor - La castaña le dio las flores - Y dile que no me rendiré - aunque lo intentara sus lágrimas no se detenían, con ayuda de Irene se puso de pie, limpio un poco su rostro y se despidió de la pelinegra.

Cabizbaja camino hasta el auto, la angustia se había instalado en su pecho y el miedo a no poder recuperar a Lisa y a su hijo la estaban matando por dentro, Irene subió al auto en total silencio, le dolía ver a su amiga así, nunca había visto a Jennie derrumbarse de esa manera y eso Irene no lo iba permitir. Ya en el auto la castaña volvió a romper en llanto mientras apretaba con fuerza el volante y recargaba ahí su cabeza, la pintora se acercó y la abrazó.

-Tranquila, todo estará bien - intento consolar la pintora - Ella te ama y volverán a estar juntas-

-Los perdí Irene - Jennie apenas podía hablar por el llanto que no podía controlar.

-¡No! - levantó la voz la pintora - Jennie Kim no se da por vencida, ¿entendido? . Eres la persona más terca e insistente que he conocido y no te vas a rendir ahora - Dijo con seguridad haciendo que una leve sonrisa se dibujara en el rostro de la coreana - Si, hiciste muchas estupideces, dignas de ti debo decir, pero debes agradecer que tienes a este belleza de amiga a tu lado y que te ayudará ... Así que mueve tu blanco trasero que tenemos que pensar en un pan para que tu rubia regrese, eso si, debes darle tiempo pero te desaparezcas otra vez, no se síguele mandando flores o que se yo, no puedo pensar en todo - decía agitando sus manos de manera exagerada logrando que la coreana riera de nuevo.

-Gracias Bae - agradeció a la castaña abrazando a su amiga.

Nueve meses  -(Jenlisa Adaptación)-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora