Capítulo 26

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Cerca del medio día una pelinegra de ojos oscuros caminaba de prisa de un lado a otro en su casa. Tener que encargarse de la vestimenta de sus tres hijas, su esposa con ocho meses de embarazo y ser la responsable de un vestido de novia, además de la novia, estaba acabando con sus energías.

-¡Necesito un descanso! - grito agitada Jisoo mientras se dejaba caer sobre uno de los sofá en su sala, miró de nuevo su reloj, hacía diez minutos que deberían haber salido hacia el hotel donde se llevaría acabo la ceremonia y la recepción de la boda - ¡ES TARDE! -- gritó con la esperanza que todas bajaran rápidamente, espero unos segundo pero su intento fue en vano, decidió terminar su encomienda y colocó perfectamente los vestidos en la parte trasera de la camioneta.

-¡Ya es tarde Chu! - Rosé bajaba la escalera y miró a su esposa que estaba de pie en la puerta, impaciente.

-No me digas - dijo con sarcasmo.

Rosé entrecerró los ojos - intenta moverte rápido con este enorme vientre - dijo seria.

Jisoo sonrió - Pero estas hermosa - dijo acercándose para dejar un pequeño beso en sus labios - ¡NIÑAS! - grito mirando hacia las escaleras donde venían bajando sus hijas - ¡Rápido! - decía mientras movía su mano y apresurar a sus mujeres.

Todas caminaron hacia la camioneta, acomodándose cada una en su lugar no sin antes asegurarse que sus hijas estaban perfectamente acomodadas con su respectivo cinturón de seguridad, Jisoo dio un último repaso mental y subió a la camioneta para ponerse en camino hacia el Four Seasion para la boda, donde ya la estaría esperando la madre de la novia.

-Mami - se escuchó la voz Suni

-¿Qué pasa cariño? - respondió amorosamente su madre que estaba entretenida buscando algo en su bolso.

-¿No se supone que se casa mi tía Lili?

-Si cariño - dijo Rosé sonriendo.

La pequeña pelinegra frunció el ceño y miro a todos dentro de la camioneta.

-¿Y por qué no la hemos traído?- preguntó, Rosé abrió los ojos sorprendida mientras que el ruido de los neumáticos que rechinaban por haber frenado de pronto se escuchaban en toda en la calle.

-¡No se lo digan a Jennie! - dijo una asustada Jisoo dando la vuelta para regresar a su casa.

Hyuna conducía tranquilamente por las calles de Nueva York, afortunadamente el tráfico estaba de su lado, miraba de reojo a su copiloto, Jennie no decía nada solo tenía la mirada fija en la ventilla y golpeaba ligeramente su pierna con sus dedos y miraba su reloj cada cinco segundos, su madre no pudo evitar sonreír.

-¡Tranquila! - la miró un momento y le regaló una sonrisa para tranquilizarla, la castaña intentó sonreír - Llegara a tiempo.

-Aún no entiendo como dejé que me convencieran - bufó molesta.

Hyuna no pudo evitar que una carcajada se escapara de su boca ganándose una mirada poco agradable de parte de su hija.

-Se te olvida que no puedes negarle nada a tu futura esposa.

Jennie suspiro resignada y asintió, jamás se acostumbraría a dormir lejos de Lisa pero su madre tenía toda la razón, jamás podría negarle nada y ver esos hermosos ojos con esa inocente sonrisa que ponía cada vez que le pedía algo era su punto débil, así que la noche anterior no había sido la excepción, a sugerencia de Rosé que afirmaba que la tradición decía que no debían verse hasta que estuvieran frente al altar y una rubia de ojos miel totalmente emocionada había insistido en que sería lindo que no se vieran desde la noche anterior; a pesar de las quejas de Jennie y sus débiles argumentos para negarse simplemente no pudo resistirse cuando la rubia se sentó en sus piernas, le rodeo el cuello con sus manos, la basó apasionadamente sin importarle que estuviera su suegra, su madre, Rosé y Jisoo, logró dejar sin aliento a su prometida y susurro un por favor con esa enorme sonrisa y ese brillo en sus ojos miel que fueron la perdición de Jennie que solo asintió sin poder negarse.

Nueve meses  -(Jenlisa Adaptación)-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora