Felix es un chico alegre y fantasioso, su abuela siempre le narra historias de magia, además de ser una mujer bastante supersticiosa y un poco excéntrica.
Es con esas historias y hechizos que Felix decide hacer un hechizo de cómo desea que sea su fu...
La suave arena bajo sus pies cruje suavemente, apenas perceptible entre el bramar de las olas, camina sin detenerse hasta que las olas del mar rozan sus rodillas. Entonces comienza a dejar caer los pétalos blancos.
– Para que mi futuro amor sea puro – susurra y mientras el mar los arrastra hasta la orilla da dos pasos más dentro del mar, hundiéndose lo más que puede para que el mar se los lleve de vuelta, arrastrándolos sobre su cabeza, entonces sale y los mira perderse entre la espuma – yo me mantendré puro – susurra y abre el frasco con los pétalos azules y susurra – Para que sea sensato – dice y repite la acción anterior – Me mantendré honesto – saca el bote lleno de pétalos rosas – Para que sea dulce – susurra y vuelve a repetir sus acciones – seré amable – saco el frasco con las hojas de menta – Para que sea fuerte – dijo suave y repitió las acciones – Soportare incluso en la tristeza – dijo y camino más adentro, hasta que el mar llegaba a sus hombros y el oleaje le levantaba del suelo.
Se dejo hundir, sintiendo que su cuerpo era empujado con un poco de fuerza hacia el fondo y con los ojos cerrados buscó a tientas cuándo sintió la arena, busco hasta encontrar un objeto duro, sonrió y lo sujeto para luego impulsarse con los pies hasta volver a salir.
Una concha clara, entera, de buen tamaño y bella, sonrió y camino con cuidado fuera del mar e hizo su camino de vuelta a casa, húmedo y tiritando, pero rogando a la luna le concediese ese amor que tanto deseaba.
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Despertó con una sonrisa y salió de su habitación, su abuela había ido de visita y no podía esperar para contarle lo que había hecho ese verano. Entro a la cocina y saludo, esperando hasta que su madre saliera de la cocina para hablar con la anciana mujer. Cuando su madre salió se sentó deprisa a su lado y susurro – Lo hice abuela, hice todo lo que me dijiste ¿Cuándo podre conocer a mi pareja?
La mujer soltó una carcajada – Bien hecho – le dijo y acaricio su mano – pero no lo se cariño, el mar es sabio y profundo, la luna es poderosa y cambiante, pueden dártelo esta misma tarde o en muchos años, solo debes esperar
– Pero ¡Saque una concha en perfectas condiciones! ¿Eso no significa nada?
Su abuela sonrió y negó – Significa muchas cosas, entre ellas que lo que has pedido se te concederá con abundancia, pero no dice mucho sobre el tiempo, solo que será bueno – La mujer sonrió – pero, dicen que si ruedas desnudo sobre un campo de trigo cubierto de rocío tu futuro marido aparecerá al cabo de un año
Felix abrió mucho los ojos – Pero ¡¿De donde voy a sacar un campo de trigo donde pueda rodar desnudo?!
– ¿¡Por qué rodarías desnudo en un campo de trigo?! ¡Mamá! Deja de envenenar su cabecita con historias ridículas
Su abuela soltó una carcajada y negó – No eran ridículas cuando eras niña
– Felix, ya tienes catorce años, deja de creer cosas tontas
– Entonces deja que vaya a la escuela como todos los demás, permítele tener una vida normal y aburrida, no una donde se le permita tener sueños
Su madre bufó, pero le miro – Quizá sea la cosa más coherente que te he escuchado decir
Felix bufo, él no quería ir, quería tomar clases en el jardín de casa, o en el estanque que había cerca, o correr hasta el mar a media noche, aunque estuviera a diez kilómetros de su casa, lo hacía porque luego podía volver y dormir hasta tarde, si iba a la escuela no podría hacerlo, además de tener que soportar a un montón de.... Abrió los ojos y sonrió ¡Gente! ¡Podría conocerle! Miro a su abuela quien le guiño un ojo – Luego te mostraré como embrujar un campo de trigo, pero debes ser cuidadoso
Felix asintió y voló para ir a quejarse con su madre de no querer ir a la escuela.
