8.

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¿Cuando supe que estaba enamorada de él? Cuando mi corazón latía tan rápido que me daba miedo. Cuando las "mariposas" ya no eran tan chiquitas y ya causaban sentimientos que nunca había sentido. Cuando lo único que quería era estar al lado de él, y decirle mil cosas. Agarrarlo de la mano y mirarlo a los ojos, y decirle que lo amaba, que nunca lo iba a dejar. Cuando ya dejó de ser un sueño y empezó a convertirse en una realidad. Cuando mirarlo a los ojos hacía perderme y olvidarme de todo. Cuando tomar su mano era la única cosa que me hacía sentir segura. Cuando las palabras se transformaron en acciones.

Hubo momentos buenos y momentos malos, pasaron miles de cosas en el medio, y hubo cosas que odie que pasaran, y me volvía loca, odiaba que gente se metiera en nuestra relación y que fuera capaz de destruirla. Pero ¿él? Él era la persona más paciente que conocí, él me frenaba, me hacía abrir los ojos y darme cuenta que lo importante eramos nosotros. Que no importaban lo que digan, piensen, o hagan los demás, lo único que importaba era que nosotros estemos feliz juntos. Me enseñó esto y miles de cosas más.

No guardo rencor, lo sigo amando, no de la misma manera, pero son cosas inevitables en la vida. Él me mostró y enseñó miles de cosas, no puedo guardarle rencor, le debo todo. Le debo las gracias, todas las sonrisas y toda la felicidad que él me dio y nunca pude devolversela. Esas palabras, los consejos. Las noches sin dormir quedandose hasta la hora que sea para escucharme. Los consejos que solo él sabía darme.

Por más que cometiera mil errores el siempre sabía como ayudarme, y me perdonaba hiciera lo que hiciera. Era amor. Ese amor al que te aferras y nunca terminas de soltarlo. Amor del que te sentía orgullosa de haber formado por meses.
Le debo todo, todo lo que él me dio se lo debo. Porque me hizo feliz en uno de los momentos más duros de mi vida. Si no había solución, él la buscaba. Si estaba mal, él me ayudaba. Si lo necesitaba, él estaba. Era incondicional para mi, y ahora que no pasen todas esas cosas me parte en el alma. Siento un vacío adentro que no se llena con nada. Siento que me falta mi vida, mi novio, mi mejor amigo. Lo extraño como a nadie. Nadie era capaz de darme todo lo que él me daba ni de hacerme sentir todo lo que él me hacía sentir. Nadie.

Era mi compañero de risas, de enojos, de llantos, de noches en vela, de charlas, de consejos. Era mi compañero de vida, él que me ayudaba en cada cosa que hacía y estaba presente en cada paso que daba. Era el que me cuidaba, él que no permitía que nada malo me pasara.

Él y mi mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora