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— Anda, solo un poco.

— Te dije que no tengo hambre —Murmuró el rubio con la mirada desviada.

Habían pasado días desde aquel incidente. El menor no paraba de llorar ni de sentirse culpable, cosa que era triste, pues él era un ser lleno de alegría y cero resentimiento a nadie.

Axl se había ofrecido para cuidar de Steven, el cual se podía quedar el tiempo que quisiera con su amigo.

— ¡Debes comer!

— ¡No quiero, Axl! ¡Ya déjame! —Gritó. El pelirrojo no conocía esa faceta del menor, y no podía decir que lo entendía siquiera. Pero sabía por lo que estaba pasando su amigo.

Enfocándonos en el contrario, este no pudo evitar que sus ojos se cristalizaran de nuevo.

— La extraño, Axl...

— Yo sé, Popcorn... —Dejó salir un desanimado suspiro—. Ven aquí.

Sin pensarlo dos veces, el rubio se levantó para dirigirse con el otro ojiazul y ser envuelto por este en un cálido abrazo, con el pequeño ahora llorando en el hombro ajeno.

— Sé que hice algo mal, yo lo sé.

— No lo hiciste, en serio —Trataba de tranquilizarlo, mientras le acariciaba la espalda con una mano—. Todo estará bien, te lo prometo...

No podía escucharlo llorar, se le rompía el corazón al hacerlo.

— Q-Quieres, uhm... ¿Vemos películas animadas juntos? Siempre te animaba —Le regaló una suave sonrisita.

— Axl, yo...

— Vamos, la pasaremos bien... Las cosas van a mejorar, de veras —Tomó a Steven por los hombros, haciendo que este lo mirase con sus ojos lagrimeando.

Suspiró para secarse con su muñeca las pequeñas gotitas que rodaban por sus mejillas.

— E-Está bien...

Ambos se levantaron, aunque el pelirrojo tuvo que dirigirse a la puerta principal al escuchar el timbre. Al abrir, sonrió ampliamente y se hizo a un lado.

— Hola, amigos... ¿S-Steven? Te traje esto —Slash se dejó ver y pasó, regalándole una sonrisa al pequeño. Tenía una pequeña caja roja entre sus manos, la cual tenía chocolates dentro.

Duff vino detrás de él y se acercó para abrazar al rubio contrario con dulzura. El pelirrojo cerró una vez que todos estuvieron adentro.

— Hola, amigo —Le sonrió de igual manera.

— Hola... Gracias, chicos —Tomó entre sus manos la caja que el moreno le entregó y correspondió al abrazo del más alto con un brazo—. Ustedes tres son los mejores —Logró sonreír con suavidad, con sus sollozos calmándose poco a poco.

Los mencionados se sonrieron entre sí y Duff cargó en sus brazos al ojiazul.

— Sí, bueno, te amamos también. ¿Por qué no salimos un rato? Qué tal... ¡Oh, vamos al cine!

— P-Pero Steven...

— Descuida, Axl... Creo que vendría bien tomar un poco de aire, aunque sea —Miró al mencionado chico y le volvió a sonreír—. No he salido de casa desde que mamá se fue...

Los muchachos se quedaron callados, sintiendo ese feo nudo en la garganta al ver a su pequeño amiguito sufrir.

— Pero... Sé que ella está bien ahora, y sé que este día vendría alguna vez. No creí que fuese tan pronto... Tal vez vuelva a verla algún día —Dejó ver una suave y sincera sonrisa, una que podría dejarte morir en paz.

— Oh, amigo...

— Estaré bien, Saul —Mantuvo su sonrisa, mirando al chico de rizos ahora—. Bien... ¡Entonces vamos! Quiero escoger la película —Alzó sus brazos en el aire, soltando unas risitas después, a lo que los demás volvieron a sonreír y asintieron.

Axl se dirigió a la puerta para abrirla de nuevo, aunque los chicos salieron corriendo como bestias, por lo que el mayor se quejó al recibir un golpe.

— ¡Idiotas, tengan más cuidado! —Rodó sus ojos. Tomó rápidamente su chaqueta de cuero y salió detrás de ellos.

~•~•~•~•

— Ya, ya, no llores. Andas de chillona otra vez —Comentó el pelirrojo rodando sus ojos al ver a Duff con ambas de sus manos en su rostro.

— E-Es que... Fue muy lindos verlos en el altar —Dijo entre sollozos, mientras su espalda era acariciada por la mano de Slash. Steven reía al ver la dramática escena y Axl solo caminaba hacia la salida del cine tranquilamente.

— Te ves adorable llorando —Dijo el moreno con una sonrisita al ver a su amigo en ese estado. El rubio destapó su rostro y movió histérico las manos y respiró hondo varias veces, tratando de calmarse.

— ¡Es solo una película, McKagan! Puedes con esto... —Se habló a sí mismo, pero duró poco. Pues empezó a lagrimear de nuevo y se abrazó con fuerza al rizado, casi aferrándose—. ¡No puedo con esto!

— Mierda, parecen nenitas —Dijo nuevamente Axl, tirando después un chicle que estaba mascando en un basurero.

— Ellos son así, ya lo sabes —Rio el menor por última vez.

Los cuatro amigos se dirigieron a la salida del centro comercial, hasta estar en las calles de noche para llevar a cada uno a sus casas. Duff se fue a casa de Slash, y Steven y Axl juntos también.

— Oye, ¿Y cómo te sientes? —Le preguntó el de ojos azules al más pequeño.

— Ya mejor, amigo... Al menos me mantuve distraído hoy y, ustedes son el mejor soporte que tengo —Sonrió, a lo que el mayor lo hizo también.

Tranquilos llegaron a casa del pelirrojo, aunque Steven se detuvo por un momento antes de entrar. Sentía que le faltaba algo desde hace días, semanas tal vez. Giró su cabeza y sus hermosos ojos se iluminaron, dejando ver como una sonrisa amplia se dibujaba en su rostro.

— Izzy, te extrañé tanto...

~•~•~•~•

# Nota del autor.

¡Hola, lindos! Lamento si no actualizo desde hace semanas... He tenido varios asuntos acumulados y a veces lo olvidaba cuanto tenía tiempo, así que trataré de compensarlo. ¡Los amo! ❤

Solo En Tu Mente {Stradler}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora