— No es cierto... Estás mintiéndome, ya basta... —Balbuceaba el de rubios cabellos, removiéndose incómodo entre las sábanas—. Nunca me quisiste...
Eran las dos y cuarenta de la madrugada. Steven últimamente no lograba dormir bien, o tenía constantes pesadillas. Axl trataba de ayudarlo en lo posible, al igual que Saul y Duff. El pelirrojo le daba pastillas para cuando el pequeño estaba así de inquieto, y este último empezaba a considerarlo una adicción.
Rose sabía que era otra de esas noches. Entre suspiros, se levantó para ir hasta la habitación del menor, encontrándose con el nombrado sin la manta y murmurando cosas.
— Stev... —Susurró acercándose despacio. En verdad le daba pena verlo así, pues era una faceta totalmente diferente de él. Tomó uno de sus hombros para moverlo con gentileza—. Amigo, despierta.
— Mgh, ¡Ya déjame en paz! —Gritó en cuanto sintió ese tacto en aquella zona y abrió de golpe los ojos. Con William enfrente suyo haciendo un gesto de preocupación, al contrario le tomó varios segundos para procesar la situación. Parpadeó durante unos instantes, hasta que negó con su cabeza y empezó a llorar de repente.
— S-Steven, ¿Qué sucedió? —Con notoria intranquilidad, se sentó a su lado para que, ser abrazado de golpe por el pequeño.
— L-Lo siento, lo siento mucho... No puedo parar...
— Soñaste otra vez, ¿No? —Trató de calmarlo acariciándole el cabello, siendo suave con sus palabras y voz. Adler asintió al escucharlo.
— Yo, yo no... Ella no me amaba, ¿Verdad...?
— Steven...
— No lo hacía... De seguro me mintió siempre. De seguro le daba pena alguien como yo y, me dejó solo...
— No estás solo... Me tienes a mí, a Duff y a Saul. Somos tus amigos.
— ¿Estás seguro?
Su pregunta le causó una gran punzada en el pecho al pelirrojo.
— ¿Q-Qué, a qué te refieres con que si "estoy seguro"? Hemos sido amigos desde que somos niños, Steven, claro que estoy seguro.
— ¿Cómo sé que no vas a traicionarme tampoco, hm? ¡¿Cómo sé que tampoco van a dejarme?! —Volvió a gritar.
Un gran silencio se formó entre ellos. Tenso y frío como el ambiente. Un minuto después, el rubio agachó despacio su cabeza. Su llanto seguía, pero era más suave ahora. Sus manos cubrieron su rostro, se sentía avergonzado.
— Steven... Nunca vamos a dejarte. Eres la pequeña palomita del grupo, una estrellita. Nos haces feliz y nosotros a ti, ¿No? Aún no es tarde... Sin ti, no seríamos nada, amigo —Descubrió despacio su rostro. Decidió tomar un pequeño pañuelo que había en la mesita de noche para limpiar sus abundantes lágrimas—. Te prometo que todo estará bien.
— ¿L-Lo prometes? —Dejándose limpiar, en sus ojos azules resaltó un pequeño brillo.
— Lo prometo... Y, para que estés seguro de que sí es una promesa... —Decidió sonreír con suavidad, extendiéndole su meñique al rubio. Este le devolvió aquella sonrisita e hizo lo mismo, juntando ambos dedos al final.
— Está bien... —Suspiró con su voz quebrada. Aquel acto había pasado ya, se sentía más calmado cada vez—. Lo siento, Axl... —Dijo en un tono tranquilo, pero notándose el chico apenado.
— Descuida... Son cosas que pasan —En busca de consolar a su pequeño amigo, se acercó solo un poco para envolverlo en un cariñoso abrazo—. Te daré una de esas pastillas, ¿Bien? —Ansioso, el contrario asintió. Para él, era como si de un dulce se tratase. Las necesitaba.
Popcorn reposó su mentón sobre el hombro de Axl, suspirando inaudiblemente y cerrando de vez en cuando sus ojos. Levantó a los mencionados para encontrarse con su amigo de cabellos oscuros al fondo, el cual miraba sin expresión alguna con su espalda recargada en la pared.
El menor solo desvió la mirada, sin decirle ni hacer nada más.
~•~•~•~•
— Y... Empezó a llorar y a abrazarme, diciendo que lo sentía —Le hablaba Axl por el teléfono a Duff desde su cama.
Steven aún estaba en el instituto. Rose había salido más temprano, así que había vuelto a casa. Quiso ser un buen amigo y esperarlo, pero al saber que le faltaban dos horas más para salir y que Saul volvería con él, se sintió seguro de volver a casa.
— Oh, viejo... Me pone triste cuando él está así —Con cierta pena, McKagan se sentó en el borde de su cama, con un cigarrillo entre los labios—. ¿Qué tal si salimos con él hoy?
— Me gustaría, pero debo estudiar para un estúpido exámen.
— ¿De...?
— Biología.
— Pero a ti te encantan los penes, ya deberías de saber —Dijo Duff con simpleza, tratando de aguantarse la risa, pero le fue imposible cuando el pelirrojo empezó a gritarle enfurecido desde la otra línea—. ¡Ya, ya, es broma, estúpido!
— Tienes suerte de que estemos hablando por teléfono —Bufó con el ceño fruncido para luego suspirar—. ¿Puedes acompañarlo, tú y Saul? No he repasado nada desde que esos idiotas dejaron mi cuaderno en los baños sucios.
— Oh, ¿Sebastian y...?
— Sí, sí, esos imbéciles. Cómo sea, ve tú con Stev, yo debo irme, adiós —Dejando a Duff con las palabras en la boca, el pelirrojo colgó.
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Solo En Tu Mente {Stradler}
Fanfiction- ¡Está justo ahí, mamá! ¿Por qué no puedes verlo...? ~•~•~•~• {Esta historia tocará temas algo fuertes. Si eres sensible, te recomiendo dejar de leer. Gracias}. Iniciada: 16/10/2020. Terminada: