EL DESIERTO

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DISCLAIMER:

Naruto pertenece a Kishimoto y Avatar: la leyenda de Aang, pertenece a Konietzko y DiMartino.

ACLARACIONES:

(bla) *bla = notas de autora.

bla, bla= flashback, onomatopeyas o pensamientos.

☯☯☯☯☯☯☯☯☯☯= cambios de escenario.

N/A: Hola a todos queridos lectores. Lo prometido es deuda, aquí les mando el nuevo capítulo. Espero que les guste.

Naruto y los demás estaban en un completo silencio. La pérdida de su zorruno amigo era algo que jamás contó que pasaría. Tenía tristeza, dolor y rabia.

—¡No puedo creer que se llevaran a Kurama! ¿Por qué no hiciste algo, Hinata?

—No pude Naruto-kun. No tengo chakra de tierra y Gaara-san me ayudaba con eso. Yo tuve que distraer a los areneros. ¡La biblioteca se hundía! Ustedes seguían adentro y...

—Pudiste venir a buscarnos. ¡Yo lo habría salvado!

—Apenas y pude con ellos. Aquí en la arena me es imposible sentir las vibraciones y para variar también usaron jutsu de viento. Naruto-kun, el rayo es débil ante el viento y...

—¡Ni siquiera te importaba Kurama! ¡Tú querías que se fuera!

—Naruto, déjala tranquila. Si ella no los hubiera distraído, probablemente todos estaríamos bajo tierra —dijo Gaara tratando de calmar al alterado rubio y al ver que Hinata se aguantaba las lágrimas.

—Gaara tiene razón, Naruto. Hinata hizo todo lo que pudo. Ella salvó nuestras vidas —dijo Sakura.

—¿Y quién nos salvará ahora? Nunca saldremos de aquí —dijo Sai.

—Oh, yo tengo la solución para eso. Dejé mi deslizador a... ahí. No puede ser.

—¿Qué sucede, Gaara? —preguntó el rubio.

—Malditos areneros. Se llevaron también mi deslizador.

—Genial, ahora realmente sí estamos perdidos. Muero de felicidad —decía con sarcasmo, Sai.

—Eso es lo único que les importa. Ustedes, dattebayo. A nadie le importa dónde está Kurama o si se encuentra bien o no.

—A todos nos preocupa, pero no podemos pelearnos ahora.

—No me importa, Sakura-chan. Es más, ustedes quédense. Yo iré a buscarlo.

—¡Naruto, espera! —gritó la pelirrosa, pero su amigo se había ido en su planeador por los aires.

—Empecemos a caminar. Somos los únicos que sabemos lo del eclipse solar. Hay que llevar esa información a Iwagakure.

—¿Eclipse solar? ¿De qué hablas, Sakura? 

—De algo importante que Sai encontró, Gaara. Cuéntale primo —dijo ella mientras dejaba que el pelinegro se fuera con Gaara y ella alcanzara a Hinata que se veía deprimida —. ¿Estás bien?

—No, Sakura. No estoy bien. Naruto piensa que odio a Kurama, y que yo lo dejé adrede. Él también es un animal poderoso, pero por querer ayudarlos no se movió de donde estaba. Se sacrificó para poder salvarlos y yo no pude hacer nada —dijo la ojiperla mientras derramaba lágrimas.

—Está bien, está bien. Llora todo lo que necesitas. Aquí estoy para ti —dijo Sakura mientras consolaba a su amiga.

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Naruto: el último Jinchūriki (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora