Syaoran estaba en un sofá sentado en medio de la oscura habitación, velaba el sueño de su pequeño hijo Hien. Pero su mente estaba en otro lado, pensaba en Sakura en la belleza que seguía teniendo y que alguna vez lo había cautivado. Se puso de pie y fue directo a la ventana, miró el cielo estrellado de Tokyo y recordó un secreto que guardaba con ella, algo que nadie más que ellos conocía. Desde que eran niños de vez en cuando solían escaparse de sus respectivas casas en medio de la noche y se encontraban en el mismo lugar en el que se habían conocido, miraban las estrellas mientras platicaban de todo.
Eso era tal vez lo que más extrañaba de ella, pues era el momento en el que ambos se mostraban tal como eran, sus formas de pensar y carácter eran auténticos en esos momentos. Todo aquello fue de gran ayuda para que se enamorara cada día más de ella. Syaoran sonrió al pensar en todo aquello, pero trató de quitarla de su cabeza pues a final de cuentas ella lo había lastimado.
Volteó a ver a Hien y se acercó a él para taparlo mejor con las cobijas. Había decidido quedarse en la misma habitación que él pues no quería compartirla con Meiling, que estaba más posesiva con él que nunca y eso lo tensaba más. Además de que prefería cuidar a cada momento a Hien. Syaoran pensaba que eso era una especie de trauma infantil que tenía, ya que le hubiera gustado que su padre hubiese sido como él, pero en realidad nunca fue así y por eso él ahora estaba decidido a no cometer los mismos errores de su progenitor.
Muchos hablaban de él a sus espaldas, eran aquellos que conocían la incómoda verdad acerca del origen de su hijo, es decir, eran los que sabían que Syaoran no era el verdadero padre de Hien. Más bien había decidido ocupar ese lugar cuando Meiling le mostró al pequeño cuando apenas era un recién nacido, se casó con ella a pesar de que nunca la amó, ni la amaría. El resto de la historia ya no importaba.
Regresó al sofá en el que estaba sentado, y pensó que el día siguiente sería agotador. Por fin sería la inauguración y eso lo ponía un paso más cerca de regresar a China.
Lejos de ella, otra vez...
-o-o-o-o-o-
Touya llamó a la puerta, se hacía tarde, pronto tendrían que estar en el famoso evento de inauguración. En lo personal, él no quería ir pero su padre había sido invitado y le pidió que lo acompañara, no tenía el menor interés de volver a ver al tal Li pues no le simpatizaba en lo absoluto.
Fue así desde el principio, le molestaba que se la pasara pegado todo el día con su hermana y lo peor, que con el paso del tiempo él noto que la veía de una forma diferente, una forma que no le agradaba nada. Siempre trató mal a Li, lo molestaba aunque nunca le hizo ningún daño, ganas no le faltaron, pero sabía que su hermanita no lo permitiría. Sin embargo, antes de que se fuera a su natal China, estuvo a punto de golpearlo de verdad, fue cuando Li se peleó con su gran amigo Yukito, y literalmente le rompió la nariz. Al final no quiso meterse en el pleito porque su amigo se lo pidió, después nunca volvieron a tocar el tema.
A veces Yuki es un misterio hasta para mí.
En ese momento la puerta se abrió y apareció Yukito que se terminaba de arreglar pues él también iría al evento. Sakura podía invitar a alguien, aunque en ese momento se encontraba en el trabajo preparando los platillos que se servirían en la cena de inauguración. Touya y su padre se había ofrecido a recogerlo y llevarlo.
- Hola- dijo Yukito cuando vio a su amigo.
- ¿Qué hay Yuki? ¿Listo para irnos?- dijo Touya, pero luego se desconcertó al ver pálido a su amigo- ¿Te sientes bien?
- Sí, es sólo que tuve turno en el hospital anoche y no pude dormir bien, pero estoy más repuesto- respondió intentando en vano aparentar lo que decía, que no tenía nada- Mira, deja termino de vestirme y nos vamos.
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Imposible de Olvidar
RomancePara Sakura y Syaoran el destino y la casualidad, son algo inexplicable, pues luego de terminar adruptamente su amistad, sus caminos vuelven a cruzarse sólo para darse cuenta de que todavia lo que hay en su corazón es más fuerte que el tiempo y la d...