Capítulo I - El paso de los años

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ADVERTENCIA: LOS PERSONAJES EXPUESTOS PERTENECEN A CLAMP, ESTO ES SIN FINES DE LUCRO.

El presente fic comencé a publicarlo en 2008 en el grupo Deuz Amis. Después de años de dejarlo congelado, procedo a presentarlo por primera vez en ...

Y antes de que la gente salte por las ventanas o entre en pánico, aclaro que esto es un AU.

-o-o-o-o-o-

A través de unos brillantes ojos verdes, que parecían un par de esmeraldas que adornaban sus delicadas facciones, la joven se miraba en el espejo. Era curioso cómo era el pasar del tiempo, por momentos no reconocía a la joven que le devolvía la mirada. Si bien su aspecto físico había cambiado con los años, había algo más en ella que desde hacía mucho notaba diferente, como si algo le faltara.

Humm... creo que ya no soy la misma de hace 7 años... no desde que se fue...- pensó de manera espontánea.

Así como llegó la idea, intentó quitar de su mente esos pensamientos, pero era muy difícil; en ocasiones tenía la sensación de que era imposible de olvidar, porque las cosas habían sido difíciles.

Sacudió su cabeza y al movimiento, sus castaños cabellos se agitaban. Era como si pretendiera que esos pensamientos salieran volando y se cayeran de una vez de su mente. No era una jovencita y ya no era propio tener esas ideas. Ya había pasado mucho tiempo ¿cierto?

-Ya déjalo- pensó en voz alta.

- Monstruo, ya enloqueciste- dijo de pronto una voz masculina que hizo que Sakura diera un pequeño salto. El recién llegado no pudo evitar una risa burlona ante la reacción de su hermana menor.

- Ay tenías que ser tú- contestó y se dio la vuelta para ver a Touya parado en el umbral de la puerta de su habitación – Para que lo sepas, no estoy loca... Además y ya te dije cientos de veces que no me llames "monstruo".

-De acuerdo, de acuerdo, hermanita o Sakura como prefiere que llame a la señorita- y esbozó una sonrisa burlona.

- Ay realmente contigo no se puede hablar Touya... Y para empezar ¿qué haces en mi habitación?

- Corrijo, estoy en la puerta de tu habitación, no propiamente adentro- otra sonrisa burlona. No cabía duda que uno de sus pasatiempos favoritos era sacar de quicio a Sakura.

Ella sólo suspiró reteniendo las ganas de gritarle o salir corriendo para acusarlo con su padre. Ya no podía hacerlo, se repitió que ya no era una jovencita, mucho menos una niña llorona- Y... bueno ¿qué es lo que quieres?

-Buen, bueno... sólo vine a avisarte que él llamó por teléfono.

-¡¿Qué y por qué no me dijiste antes?!

-Tranquila, sólo fue para confirmar su cita de esta noche... ¿Sabes? Lo escuché muy ansioso.

-¿De veras?- preguntó intrigada.

-Bueno, yo qué sé- dijo encogiéndose de hombros- En fin, me dijo que vendría por ti a las 8, y me prometió que te devolvería temprano.

-Por favor dime que no hiciste que te lo prometiera- le dijo con un poco de fastidio. A pesar de los años, su hermano no dejaba de ser sobreprotector con ella.

Como respuesta sólo obtuvo otra sonrisa, quizá ya no tan burlona, más bien con un aire encantador- Con razón vuelve locas a todas las chicas que se le ponen en su camino- pensó, y sin más su hermano se retiró.

Sakura miró el reloj sólo para darse cuenta que de nuevo se le había hecho tarde. Esa era una mala costumbre de la que no podía desprenderse desde niña. Claro, había otras cosas que desde niña no podía desprenderse.

Imposible de OlvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora