Había escuchado con atención lo que su amigo le había dicho, en general, sus respuestas lo habían dejado conforme, pero había algo que por más que lo pensara no le cuadraba, no sabía qué era. Touya Kinomoto tenía un presentimiento extraño.
Yukito, por su parte, pensaba que había utilizado buenos argumentos para convencer a su amigo.
-Es cierto- le había dicho- Sí estoy enfermo, pero... no es grave.
-Cómo que no, si tu padre...- le decía Touya.
-Su caso era diferente, él estaba muy enfermo- lo interrumpió- Yo he sabido cuidarme bien. Ya te diste cuenta de que uso medicinas. Mi enfermedad no es nada nuevo, la tengo desde hace un tiempo y estoy bien.
- Pero...
-¿Acaso crees que no te digo la verdad?- le cuestionó Yukito, en realidad sólo le decía verdades a medias- No te preocupes por eso.
La explicación de Yukito no había ido más allá, después de eso quiso cambiar de tema y le contó a su amigo que los planes de la boda marchaban perfectamente, a pesar de que no veía frecuentemente a su novia.
Por otro lado, Touya le había contado algo que a Yukito lo había dejado sorprendido, al parecer, había conocido a una chica. Tsukishiro no se molestó porque su amigo regresara a las andadas, en realidad, le llamó la atención la forma en la que su amigo se refería a la joven.
Tal vez se está enamorando y él aún no lo sabe, habrá que darle una pequeña ayuda- pensaba Yukito más tarde cuando Touya ya se había ido - Quizá pueda todavía hacer algo por él, aunque me queda poco tiempo. Yo no quería mentirle, pero es preciso que él aún no se entere de que no estoy bien de salud.
La verdad Touya estoy muy enfermó, no sé cuánto me quede, pueden ser meses, semanas, días... Desde hace mucho estoy enfermo, pero me enteré de que mi situación empeoró, justo cuando planeaba proponerle matrimonio a tu hermana, extraño ¿no?... y ahora ya no sé que hacer.
Eso era lo que le hubiera dicho a su mejor amigo, pero no había tenido el valor de hacerlo.
Lo peor es que me casaré con Sakura sólo para dejarla viuda al poco tiempo, soy un maldito egoísta. Pero no puedo evitarlo, la quiero...la quiero y así será hasta que dé mi ultimo aliento. Si Li no estuviera casado le diría que la cuidará por mí, que la amara como lo haría yo, como lo hubiera hecho él... como lo debió hacer él. Aunque ya es tarde, él regresó, por fin regresó, yo me había prometido a mí mismo que la cuidaría hasta que él volviera, pero nunca lo hizo... y ahora, ya no hay cómo remediar las cosas, sus vidas se separaron y yo ya no quiero dejarla, no quiero, no puedo.
Yukito estaba alterándose por pensar todo eso, tanto que comenzó a sentirse mal.
-o-o-o-o-o-
Syaoran estaba preocupado, por más que hacía sus cuentas no le cuadraban. La verdad, él no era muy bueno con los números, Eriol era el genio, era por eso que lo había llamado. No se había aparecido por ahí desde hacía días.
-Buenas tardes, buenas tardes- dijo con una sonrisa Eriol cuando entró en la oficina- ¿Cómo estás Syaoran?
-Vaya, hasta que te apareces. Pensé que ya habías regresado a Hong Kong- le contestó su amigo.
-No, para nada... de hecho ya no quiero regresar allá - dijo y no paraba de sonreír.
-Pues qué te pasa- le preguntó muy intrigado su amigo
-Es que no quiero dejar sola a mi novia.
-Ah es por eso, que bien... ¡¿Qué?!...- captó Syaoran de repente- ¿Cuál novia?... Tú nunca haz tenido... ¿Acaso no dices que eres para todas?
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Imposible de Olvidar
RomancePara Sakura y Syaoran el destino y la casualidad, son algo inexplicable, pues luego de terminar adruptamente su amistad, sus caminos vuelven a cruzarse sólo para darse cuenta de que todavia lo que hay en su corazón es más fuerte que el tiempo y la d...