Capítulo VIII - La confusión

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Se sentía como un tonto, no sabía ni porqué lo estaba haciendo. La había estado siguiendo sin que ella se diera cuenta los últimos días. Había descubierto dónde vivía y cuáles eran sus hábitos y rutina. Y ahora estaba sentado en el suelo afuera del restaurante donde trabajaba, fumaba un cigarrillo y trataba de buscar una razón lógica para todo eso.

¿Por qué no puedo sacarla de mi cabeza? No puedo pensar en otra cosa que no sea ella... ¡Ah! demonios - se decía a sí mismo Touya Kinomoto.

No sabía ni qué pensar, nunca en toda su vida le había sucedido algo parecido, pero era extraño cómo se estaban dando las cosas con respecto a Nakuru Akizuki, lo único que quería era verla, platicar con ella si era posible; sin embargo, las cosas habían sido desastrosas.

Después de estarla vigilando, esa mañana había decidido abordarla, ella salía temprano de su casa y él vio el momento idóneo de hablarle.

-Hola preciosa- la saludó.

-Ay no- exclamó ella- Tú otra vez.

-Oye, mira sé que nuestro primer encuentro no fue bueno, pero te daré otra oportunidad.

-¿Tú me vas a dar una oportunidad a mí? - expresó ella indignada, y comenzó a caminar a prisa. Touya también caminaba pero para poder mirarla mejor lo hacía de espaldas.

- Te he estado viendo y he investigado sobre ti Nakuru Akizuki... ¿Puedo decirte Nakuru? ... Sí, verdad- le decía.

-¿Cómo sabes mi nombre, quién eres?- le preguntó y se detuvo.

-Me llamo Touya Kinomoto y...- le contestó el joven quien también se había detenido.

-Kinomoto... como Sakura Kinomoto... Ah, ya veo porqué tuve la mala suerte de conocerte.

-Sí, ella es mi hermana menor- aclaró- pero no tiene nada que ver con esto, en realidad ella me prohibió acercarme a ti.

- Es lo más seguro, por lo poco que la conozco se ve que es decente, no sé cómo es que tuvo un hermano como tú... - dijo y reanudó su andar con mayor prisa.

-Bueno lo importante somos tú y yo. Vamos sal conmigo- decía y continuaba caminando pero ahora lo hacía a su lado, sin embargo, no le quitaba la vista de encima- Ten es para ti, no es tan linda como tú pero espero que te guste - agregó y le entregó una rosa.

- Gracias - dijo con desconcierto y la tomó, Touya notó que estaba cediendo, ella también se dio cuenta y tuvo que volver a su frialdad rápidamente- Pero no creas que te acepto, no quiero salir contigo y será mejor que te fijes bien, conmigo ándate con cuidado que en cualquier momento te puedes estrellar con la realidad.

-Sé bien el terreno que piso. Me interesas y...- le respondía, pero estaba tan concentrado en ella que no se dio cuenta de que un poste estaba justo adelante de él y no pudo esquivarlo, por lo que se fue a estrellar, se golpeó la cabeza y casi cae.

-Te dije que te anduvieras con cuidado o te estrellarías con la realidad- sólo pudo oír Touya a lo lejos el tono burlón de Nakuru. Después de eso le perdió la pista y ya no pudo seguir hablando con ella.

Touya apagó su cigarrillo y sonrió, Nakuru le atraía mucho y entre más se hacía la difícil más le gustaba, pero tal vez había algo más ahí. Entonces recordó lo que le había dicho Kaho el día que fue a visitarla, que no se cerrara la posibilidad de tener amor en su vida. Intentó borrar esa idea de la mente, eso no era para él.

Levantó la cabeza y vio que una persona conocida se acercaba, se trataba nada más y nada menos que de Kaho Mizuki, quien entraba al restaurante como un comensal más e iba acompañada de su esposo. Touya decidió irse de ahí antes de ser visto.

Imposible de OlvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora