Eriol permanecía en la oficina. Amanecía. Había pasado toda la noche ahí vigilando a su amigo Syaoran Li. La noche anterior había bebido de más, hasta perderse; además, se había quedado profundamente dormido en el sofá de la oficina y seguramente despertaría confundido y con una terrible resaca.
Eriol, por su parte, se lamentaba el no haber podido llevar a Tomoyo a su departamento, pero ella le dijo que no se preocupara pues se iría a casa de su madre. Él se quedó más tranquilo y por un lado agradeció que su amigo tomara semejante borrachera, pues así pudo escapar de la señora Daidouji.
Pensar en Tomoyo lo hizo sentirse menos solo de lo que se encontraba, la quería profundamente y lucharía por ella, muy a pesar de la ansiedad que lo invadía la sola idea de tener que convivir con su madre. Eriol lo comprendía, ellas solo se tenían la una a la otra, y ahora él, como nuevo en escena, debía adaptarse a la dinámica que tenían.
Eso es todo, Tomoyo tiene su propia historia- pensó- Nada grave. Preocúpate si esa "historia" fuera como la tuya y, literalmente, te persiguiera.
Sacudió su cabeza tratando de alejar esos pensamientos. No quería invocar a un error de su vida que se aferraba a no dejarlo ir. Y, sin duda, ahora era el momento más inadecuado para aparecer.
El joven inglés prefirió distraer a su mente con otra idea que le vino a la cabeza. Sobre Tomoyo, también tenía que decirle la verdad, él fue quien le escribía esas cartas y no Syaoran... debía aclarar eso. Pero ¿cómo se lo digo? ¿qué tal si me rechaza por no haberle dicho las cosas desde un principio? Bueno, también esta la posibilidad de que por eso me acepte... Ah no lo sé... Qué confuso resulta todo esto.
Esos pensamientos le provocarían una jaqueca, no era un buen momento para ponerse a reflexionar sobre la vida. Volteó a ver a su amigo, se sintió mal por él, era obvio que se había puesto así por Sakura Kinomoto. Entonces Syaoran comenzó a moverse, ya estaba despertando. Eriol se puso de pie y fue a pararse frente a él.
-Ah...-dijo el chino- ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? -le preguntó a su amigo, mientras se agarraba la cabeza y se esforzaba por abrir los ojos completamente.
-Vaya, hasta que despiertas...-contestó el inglés- Anoche bebiste mucho, tu madre y yo decidimos que te quedaras aquí para que los invitados no te vieran y cuando nos dimos cuenta ya estabas dormido. Quisimos llevarte al hotel, pero moverte resultaba imposible.
-¿Dónde esta mi madre y Meiling?- preguntó con lentitud.
-Se fueron al hotel, pero no han parado de llamar por teléfono, las dejaste muy preocupadas.
-Lo siento mucho, pero todo salió bien anoche ¿no?- preguntó Syaoran y su amigo asintió con la cabeza- Ah...menos mal- agregó.
-No tienes de que preocuparte. Por cierto... ¿qué te pasó en la mano?- preguntó Eriol señalando el vendaje de su amigo.
- Ah esto...nada grave, sólo un pequeño accidente- dijo y su amigo arqueó la ceja- En serio...-agregó y miró su reloj- Será mejor que nos apresuremos, en unas horas abriremos y...-se puso de pie y se mareó, estuvo apunto de caer pero su amigo lo sostuvo.
-Yo creo que mejor te vas al hotel a descansar y si tienes tiempo regresas más tarde- Syaoran abrió la boca para decir algo pero Eriol continuó- No te preocupes yo me encargo de todo, tú vete a descansar que lo necesitas.
-De acuerdo...-cedió el chino y se acercó a la puerta lentamente y la abrió.
- Syaoran- lo llamó su amigo antes de que se fuera- Quiero decirte que eres mi mejor amigo y si tienes algún problema o algo así, no dudes en decírmelo, por favor...
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Imposible de Olvidar
RomancePara Sakura y Syaoran el destino y la casualidad, son algo inexplicable, pues luego de terminar adruptamente su amistad, sus caminos vuelven a cruzarse sólo para darse cuenta de que todavia lo que hay en su corazón es más fuerte que el tiempo y la d...