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Eran las 8:55 de la noche, te encuentras trabajando sin descanso, estabas a punto de darte una siesta pero no podías hacerlo.

Miraste la foto que tienes al lado del ordenador, tus cuatro hijos sentados en un banco sonriendo mientras sostienen un helado de diferentes colores...

Odias tener que tomar turnos extras pero vale la pena, ser madre soltera es muy difícil.

Faltaba poco para que tú turno termine, querías que se terminará ya, ese molesto pero necesario trabajo.

Seguías tecleando, esperando con muchas ganas la hora de irte de ese lugar al que llaman trabajo...

                                                       ***
                                                        **

"Niños, ya he vuelto"

Respondes cansada, solo querías dormir y disfrutar como puedes tu comoda cama pero no puedes hacerlo, tienes que ayudar a tus hijos con las tareas.

Muchos pasos se escuchan en la sala, la puerta se abre dejando ver a tus hijos.

Un niño y tres hermosas niñas.

"Mamá"

Gritaron tus hijos contentos de que volvieras.

Miraste tu alrededor, frunciste las cejas

"Lili ¿Que te dije sobre encender las luces"

No era la primera vez que lo hace, aunque te resulte un poco tierno que muestre su lado lindo, no podías seguir así.

la cuenta de luz de este mes aumentará.

"Lo siento mamá pero es para que el monstruo no venga"

Se disculpa tu hija de 9 años, su piel semi café tiembla mientras juega con sus mechones de color café.

"Lili que niñata eres diciendo eso, los monstruos no existen"

Responde la mayor, Karen, una niña rubia de 12 años.

Comenzaron a discutir Lili y Karen por suerte las detienes antes de lo peor.

"Bueno, olvidemos eso, es hora de hacer la tarea"

Caminaron hasta el comedor, una gran mesa junto con cinco sillas se encuentra ahí, en la mesa se encuentran libros apilados, cartucheras, marcadores entre otras cosas...

"Cuánta tarea... Será mejor apurarse si quieren que les cuente un cuento"

Te sientas y tus hijos hacen lo mismo.

"Pero siempre nos cuentas un cuento mamá"

Te responde Sam tu hijo pequeño de 7 años.

"Si, pero podrán elegir cualquier cuento"

Sonríes mientras ayudas a Lili con su tarea de matemáticas.

El tiempo pasa, las tareas ya se encontraban hechas y guardadas en las mochilas de cada uno.

Les contabas un cuento que ellos eligieron, el principito.

"Entonces el principito dijo:

Cuando mires el cielo, por la noche, como yo habitaré en una de ellas, como yo reiré en una de ellas, será para ti como si rieran todas las estrellas. ¡Tu tendrás estrellas que saben reír!"

Continuas contando el cuento hasta que llegó su final.

Le diste a cada uno sus dulces sueños y un beso en la frente.

Saliste del cuarto, diste un suspiro, miraste las luces encendidas del pasillo.

[Definitivamente estoy frita con la cuenta de luz de este mes...]

Pensaste en tu mente, te estiras para luego apagar todas las luces, la del baño, la del cuarto de tus hijos, la del pasillo, la de la cocina, la sala y el sótano.

Solo faltaba la de tu cuarto, entraste a tu cuarto, estás cansada, apagaste la luz.

"Por fin..."

Dices, poniendo tu pierna en la cama, luego otra y después estás completamente acostada, estabas a punto de irte a dormir, a punto de cerrar tus cansados párpados...

                                                         *ring*

El sonido del teléfono de la sala suena, te quejas para luego levantarte molesta.

[¿Quién será la persona que llama a media noche?]

Pensaste enojada, saliste de tu cuarto y entraste a la sala, tomaste el teléfono.

"¿Diga?"

Preguntaste, no tenías el mejor humor del mundo.

Solo se escuchan respiraciones de parte de la persona que te llama.

"Tu y tu familia morirán"

Colgaste de inmediato, su grave voz te asusto, sentías como esa persona te susurra en el oído en persona.

Te relajas por un momento, sales de la sala, pensaste que solo era una llamada telefónica de broma.

Entras a tu cuarto y duermes tranquila.


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