CAPITULO 14. El verdadero relicario

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Hola!!! Lamento haberme desaparecido tanto tiempo, pero es que he estado como pelo de loca

Dedico este capi a Maneskinn por la increible portada que me ha hecho, esta chivisima y me encanta, apenas me la envio la he subido para que tooodos la viera, me siento orgullosa de tener amigas tan talentosas, Un Beso Guapa!! y espero que disfrutes  el capi

Espero que les guste este capi, un beso a todos y gracias por leerlo es muy importante para mi casa comentario y voto, Felices fiestas

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Kate

-       Rose… debes despertar -  le dije a Rose, quien  cumplía un mes de estar en coma desde el accidente -  me pediste información y ahora que la tengo no apareces, ahora te entiendo lo mucho que ansiabas dormir para ver al hombre que amas, si era un lección ya entendí – dije  secándome las lágrimas que caían por mis mejillas -  debes despertar. -  la impotencia me estaba consumiendo 

Un pequeño movimiento de sus dedos llamo mi atención hacia ella, se estaba moviendo como si estuviera en un sueño pero en lugar de abrir los ojos una línea roja ensombreció su mejilla derecha, su corazón empezó a latir a un ritmo poco común haciendo sonar una alarma en el monitor.

-       Rose!  debes despertar -  dije desesperada – Rose, Rose…

Varias enfermeras entraron en la habitación rodeando la camilla donde mi amiga se encontraba postrada con una venda en la cabeza, no podía ver lo que hacían o murmuraban.

-       ¡Rose despierta de una sola vez! – dije mientras era echada de la habitación -  ¡Maldita sea! – dije al verme en el pasillo

Caminé en círculos deteniéndome de vez en vez para ver por la ventanilla, al parecer el corazón de Rose había sufrido un ataque o de otro modo no habrían utilizado los desfibriladores, volví a dar vueltas con las manos en los bolsillos tratando de pensar en cualquier cosa.

Desde que tuvimos el accidente a mí me dieron de alta un par de días después y solo porque no quería irme del lado de mi amiga, cuando estuve fuera no me quedo más remedio que posponer nuestra ida a Praga hasta que ella se recuperara además de continuar con el negocio, siempre luchando contra el dolor, siempre deseando que abriera los ojos y me dijera que todo estaba bien pero nada pasaba.

Una de esas noches soñé con su muerte y mientras estaba llorando sola sobre la fría tumba… ella se apareció con dos cuervos, me dijo que estaba muerta y que para descansar debía ayudarle a buscar la información de un relicario, que solo así podría descansar en paz. 

Conforme veía a los doctores y enfermeras estabilizando a Rose, me arrepentí de durar tanto en buscar lo que ella me pidió pero la información que encontré no era nada alentadora y dure mucho en traerla, casi no quería dormir y evitaba tocarla por temor a encontrarme con ella y verme obligada a dársela, que tonta  había sido todo este tiempo, seguro que las heridas que le vi, hubiera podido evitarlas con lo que encontré y la culpa ahora hacia mella en mí.

-       Señorita – dijo un doctor que salió de la habitación

-       Está bien? -  dije saltando sobre él

-       Si -  me dijo con un remedo de sonrisa -  ella se encuentra bien, no sabemos porque sufrió un ataque

-       ¿Puedo verla?  - le interrumpí  no queriendo que  revisaran el porque del ataque, yo ya sospechaba que había sido.

-       Creo que lo mejor será que la dejemos por hoy, si quiere la puede venir a visitar mañana – me dijo ahora serio

-       Solo será un momento – suplique

Durmiendo con la muerte, Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora