CAPITULO 19. Retorno...

731 46 7
                                    

Dedico este capi a la mi amiga la "PrincesaOscura" traqui guapa, que yo se estas fechas son de locos, respecto al otro libro ya estoy editando el proximo capi para subirlo, y claro que me encantará que me sigas ayudando con su edicion, un abrazo preciosa

Este capi increiblemente me costo mas que otros capis, ya que como veran meti un par de cosas nuevas para amarrarlo a un proximo libro, espero que les guste este, porque se me complico el trabajo y no se muy bien como quedó

disfrutenlo mucho y espero sus comentarios

oxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxxoxoxooxoxoxoxoxoxoxxooxxoxoxoxoxoxooxoxoxoxxooxoxxoxoxooxoxoxoxoxoxoox

Kate

Unos tres días habían pasado desde mi encuentro con Rose en mis sueños y pese a que solo volvía a casa solo para asearme y luego volver por las noches, no había tenido ningún cambio. Su silencio me estaba preocupando y ya no sabía que más hacer.

 Eran las ocho de la noche y regresaba del trabajo al hospital en un último esfuerzo por que despertara. Al llegar al hospital mostré mi carnet al guardia y me dirigí al ascensor, marque el sexto piso y espere a que llegara con algo de impaciencia, tamborileé los dedos contra el pasamanos a mi espalda cuando  el ascensor descendió dos pisos más por alguna llamada de alguien en ese piso. Las puertas se abrieron y cuatro practicantes subieron y pulsaron el cuarto piso, ni siquiera notaron mi presencia.

-       Ya dejaron de pasarla por el noticiario – dijo una chica de cabello color rojo fantasía

-       El de la chica Sinclare? -  dijo un chico con barba de chivo, ahora si habían captado mi atención

-       Si -  continuó la del pelo de Halloween

-       De que están hablando? -  preguntaron a la vez dos chicas de cabello largo y liso, por su rostro eran mínimo hermanas, dos personas no podían parecerse tanto

-       Acaso no lo han escuchado? – pregunto la chica de cabello rizado, al ver sus rostro, puso los ojos en blanco y con gesto de cotilleo se acercó un poco más a ellas. -  es una publicista de lo más famosa en todo Canadá, pero seguro hizo algún trabajo tan mal que la intentaron asesinar. -  al escuchar el comentario asesine a la odiosa pelirroja con mi mirada

-       En serio? -  dijeron los otros tres al unísono, como si el chivo no supiera la historia

-       Sí, pero eso no fue todo, en medio de la persecución perdió el control del auto y cayó en un precipicio de treinta metros de hondo, dieron tantas vueltas que el auto quedo inservible, su socia iba con ella y se salvó por los pelos, pero Sinclare no tuvo tanta suerte, una vara de hierro se le incrustó en la pierna y por algún movimiento que hizo evito que su amiga se llevara la mayor parte del golpe pero lo que obtuvo fue una contusión tan fuerte en la cabeza que incluso es un milagro que  no se haya estallado con el golpe.

-       Murió? – dijo la chica más pequeña

-       No, aun respira pero lleva un coma de al menos dos meses, dicen que su socia no se separa de ella ni un instante y bien que lo hace porque si no hubiera sido por Sinclare, los papeles se habrían invertido, el neurólogo no cree que despierte nunca.

-       Vaya suerte y hoy es navidad – dijo el cara de chivo

-       Pues ella no tendrá navidad – concluyo la chica del cabello de fuego, justo en el momento en que las puertas se abrían y lo niñatos salían del ascensor.

-       Pues tú eres una imbécil -  dije a las puertas cerradas – y además, ella si va a despertar – murmure presionando el botón al piso de neurología. “Y esos son los médicos del futuro” pensé con ironía.

Durmiendo con la muerte, Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora