CAPITULO 4. Relicario

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ROSE

-       Rose… Rose, despierta – escuche la voz de Kate llamándome mientras me agitaba con la mano

-       Que hora es? – dije con la voz algo ronca

-       Son las siete – me dijo con seriedad

-       Disculpa me dormí – dije enderezándome

-       Son las siete, pero de la mañana Rose – me gruño

-       Como! – chillé terminándome de enderezar de golpe, el asiento se inclino por el movimiento y casi caí de espaldas si no hubiera sido por mis reflejos al agarrarme del borde de la mesa – no me di cuenta a que hora paso

-       Yo si – me dijo enojada –ayer después de que enseñarle a la chica nueva las oficinas te encerraste en tu oficina para terminar el trabajo de los Hilton y liberar tu tiempo para iniciar la investigación del nuevo proyecto – dijo señalando todos los documentos de Praga y la pantalla del ordenador mostrando  la imagen del Castillo Krivoklat y sus alrededores. – intenté despedirme de ti anoche pero estabas tan absorta en tu trabajo que no te diste cuenta – termino con aire preocupado

-       Lo siento, es solo que el proyecto Hilton estaba sobre su fecha limite y debía ser terminado

-       Vete a casa –me dijo molesta – ve y pasea, búscate un novio o un buen ligue y disfruta como Dios manda de un feriado

-       Pero tu también debes descansar – le dije con el ceño fruncido

-       Yo tuve una noche de compras de repostería –señalándome la canasta de panadería francesa que llevaba guindando del brazo – y ocho horas de sueño rejuvenecedor y tu recogerás tu bolso y  saldrás de aquí

-       De acuerdo – dije rindiéndome,tomé mi bolso y la laptop bajo la estricta vigilancia de Kate

-       Bueno, adiós – dije saliendo de mi oficina

-       Adiós Rose –dijo Kate mas aliviada al verme salir – Rose – me llamo cuando llegue a la puerta de la recepción – descansa

-       Lo haré – conteste con una sonrisa tranquilizadora

Salí a la recepción encontrándome a Lily en su puesto habitual, pese a que acababa de amanecer el mall ya tenia buen movimiento de empleados apresurados para tomar sus puestos de trabajo.

-       Buenos días Srta. Sinclare – me dijo con una sonrisa

-       Buenos días Lily – dije con una sonrisa

-       Quería agradecerle por la ayuda de ayer – dijo refiriéndose al encargo de comida de los checos

-       No  hay de que, lo que me recuerda… - dije girándome cuando ya estaba en la entrada del local – puedes pedir un encargo de los té que siempre pido? - dije recordando que estaba desabastecida

-       Por su puesto Srta. Sinclare

-       Pero hazlo doble por favor -  le dije con una sonrisa

-       Si – le escuche responder cuando ya iba saliendo

Eso me liberaba de una preocupación, camine por los corredores del Mall evitando tropezar con los empleados, cuando por fin salí del centro comercial me dirigí directo a donde había parqueado mi auto, el parqueo estaba lleno de movimiento de carros estacionando en los lugares libres. Por un momento me desubique al buscarlo pero al final lo encontré mi estomago se encogió al verlo en unas de las esquinas mas alejadas, estaba cubierto de nieve por haber pasado la noche a la intemperie, corrí hacia el auto y casi con las manos aleje los trozos de nieve del cofre y el techo, abrí la puerta y me senté al lado del volante, un suspiro cansado escapó de mis labios, tal vez Kate si tenia razón y yo debía descansar.

Durmiendo con la muerte, Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora