CAPITULO 15. El principio del fin

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Hola a todos, ya se que he tardardo mucho en subir pero la verdad es que hasta ahora me siento con la inspiracion del gran final

Este capi se lo dedido a alguien que admiro mucho como escribe... Salbraes! gracias por leer esta historia y espero que te guste mucho

Arle! claro que no me olvido de ti, si, si, habia dicho que subiria pronto el proximo capi pero como siempre... no me salen los planes je je... lo siento, espero que te guste y no te preocupes que ya estoy escribiendo el siguiente

Bueno os dejo!!! y nos vemos

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Damián

Después de seguir a Rose hacia el bosque, quedé encerrado en el inframundo con ella. No quería que me viera hasta que vi un ángel salvador de cabellos negros y mirada dulce, solo ella se dio cuenta de mi presencia justo en el momento en que los dos cuervos se fundían en su contacto, corrí a gran velocidad para no perderme lo que les mostrarían y tomé la mano de la joven que capto mi atención.

Todo iba muy bien, logré ver el secreto del relicario y lo que paso con él, ahora sé que Rose es el mismo relicario pero no creo que ella lo sepa aun con lo despistada que era. Pero todo carecía de importancia cuando veía a la joven que tenía a mi lado, en una o dos ocasiones la encontré observándome con una interrogante en su dulce mirada pero para mí esto no podía ser cierto, mi suerte se había cruzado con la de Zoran y ahora no sabía si mi compañera existía o existió ya que el lugar donde la encontré fue en el inframundo.  Di el recuerdo por terminado cuando se desdibujo todo a nuestro alrededor.

-       ¿Rose… -  dijo mi ángel con suavidad – sabes lo que esto significa?

-       Si… - dijo sin verme – que somos muy pocos … - continuo girándose a ella  pero su mirada se desvió a mí y luego a nuestras manos unidas aun. Debí haberme ido de ahí cuando podía pero el hechizo del recuerdo aun me aturdía

La joven también se giró a verme y estaba a punto de preguntarme algo cuando se escuchó el graznar de Hugin y Munin al salir de su unión, los cuervos giraron sobre nosotros alejándome de ella y guiándome  en la misma dirección de Rose, sus picos me empezaron a dar en distintas partes del cuerpo, hiriéndome y susurrándome en el oído  el daño que le había provocado a mi compañera, me insultaban por haber visto algo que no me incumbía, y me gritaban que la condené a morir. La niebla nos tragó y lanzo al mundo real separándome así de la luz de mi alma.

Solo hasta que caímos en la nieve los dos malditos cuervos dejaron de picarme y decirme lo idiota que había sido, para ser consejeros eran unos grandes…

-       Que hacías ahí? -  me pregunto Rose sacándome de mis cavilaciones

-       Te seguí -  dije mientras me sacudía esquivando su mirada

-       Lo viste todo – continuo con voz triste

Me gire a verla y en su mirada las lágrimas brillaban como diamantes, la desesperanza la estaba consumiendo  pero lo oculto tan rápido que  si no lo hubiera visto, jamás me hubiera dado cuenta.

-       Rose… - empecé a decir

-       Si?...

-       Sabes que el re… - dije antes de que los metidos de Hugin y Munin se lanzaran nuevamente al ataque en mi contra – Pero que les sucede malditos plumíferos? Dejadme en paz!!

-       Ella debe darse cuenta por si misma de la verdad -  dijo Munin en mi mente

-       En ella duerme la salvación de muchos y solo su corazón puede mostrarlo – Continuo Hugin

Durmiendo con la muerte, Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora