CAPITULO 6 ¿Donde Estas?

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ZORAN

No había vuelto a ver a mi pequeña y escurridiza alucinación desde es día del accidente, en cambio la cena de la mi primera noche en Praga me había rastreado y acosado desde aquella noche que la deje en manos de un mozo acomodador.

-       Zoran – me decía una voz poco natural al otro lado de la línea telefónica – creo que me debes una salida, aún siento el vacío al despertarme en el palco sin ti a mi lado…

vacío dice” pensé a regañadientes, vacío es el que sentía yo desde que mi fantasma aparecía y volvía a desaparecer, deje de escuchar con gran alivio la estridente voz de Annfesa... Annesia o era Annfesya, bueno… el caso es que empezaba con Ann,  que ya me tenia loco con esa salida. Después de todo ya habían pasado varios días y su sistema se abría recuperado de su pequeña donación.

-       Zoran! – gritó casi rompiéndome el tímpano, hasta el momento mi audición era perfecta pero después de esta conversación telefónica me quedaría medio sordo para la eternidad

-       Tienes razón Ann, te debo una salida – dije evitando perder mi oído – que te parece si vamos a cenar a un restaurante  hoy a las siete.

-       Oh Zoran! –grito ahora emocionada, realmente me estaba arrepintiendo de salir con ella, ahora estaba comprobando que era  un peligro para mi audición y mi sano juicio si era tan escandalosa tanto feliz o enojada - ¡Eres un amor, por eso te quiero tanto! – “lo que uno hace para alimentarse sin levantar sospechas” pese arrepentido

-       Que te parece a las siete en la Plaza de Wenceslao y cenamos comida italiana

-       Por supuesto, que delicia! Oh Dios, no se que me pondré hoy – se quedo callada diciendo solo estupideces de zapatos y encaje en voz baja – Ya sé! Dijo con alegría, te dejo ya amor mio, muy pronto nos reuniremos y te va a encantar lo que me podré.

-       Por supuesto – dije aliviado –tomate tu tiempo

-       Tu siempre tan considerado –dijo volviendo a su voz empalagosa

Seguidamente un sonido a algo parecido a un beso y acto seguido un click cuando corto la línea, deje el teléfono fuera de lugar solo por si acaso decidía volver a llamar. Tomé algunos libros y salí del castillo, me acerque donde había dejado mi porche descapotable y coloque los libros en la parte de atrás, lo asientos eran de piel y siempre era agradable sentarse en ellos, dejé la capota abajo después de todo mi condición no me permitía tener frio, sin embargo siempre me puse mi chaqueta de cuero para aparentar.

Le di gas y de inmediato sentí el motor ronronear con deseos de que lo llevara a toda velocidad, salí de la propiedad del viejo castillo y me enrumbé en dirección a la ciudad vieja de Praga, justo al parque donde vi por ultima vez a mi fantasma, “ ¿Mi?” desde cuando era  mi , “mi…” saboree la palabra, tal vez no sabia su nombre pero al menos la tenia para mi.

Acelere el motor hasta sus buenos ciento ochenta millas, llevándome mas rápido al lugar donde esperaba verla nuevamente. El  tiempo a esa velocidad solo era de una hora por lo que llegue justo a las cinco, agarré tres de los libros y me senté en el mismo lugar que la ultima vez.

Entre revisar libros de historia, pergaminos y reseñas me dieron las seis de la tarde, termine cansado y frustrado por no encontrar más información  de lo que ya había hechoanteriormente, si tan solo lograra encontrar una conexión mas después de que le fue devuelto a su dueño original, tal vez y solo tal vez encontrara el siguiente lugar, estaba bloqueado y necesitaba despejarme, aun tenía tiempo de llegar a la casa y cambiarme para la cena, recogí los libros y camine distraído hacia el auto.

Durmiendo con la muerte, Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora