Estaba apoyada en la pared mirando por la ventana.
Apareciste en mi campo de visión.
Te quedaste frente a mi.
Un metro nos separaba.
Nunca habíamos estado tan cerca y no me he podido dignar a mirarte a los ojos.
Y maldigo mi estúpida decisión porque hubiese descubierto de qué color eran tus ojos.
La maldigo de veras.
Espero que mañana se repita y que pueda suceder lo que tanto tiempo llevo esperando.
Si ocurre, mis pequeñas lectoras quizás sean felices.
¿Probamos a rezarle al ente que hace que la gente se enamore?
Recemos pues.
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Miradas.
RomansaNo todos los días podemos disfrutar de miradas sinceras, o quizás... solo tenemos que observar un poco más, y comprender a la gente que se esconde bajo estas pequeñas que se ocultan en nuestros ojos... Las miradas definen a la persona interiormente...