—Bueno, veo que es el momento perfecto— comentó viendo a Rin y el peli-plata se puso delante de ella. —Tranquilo no le haré nada. Solo he venido para que vuelvas. Tú trabajo aquí ha terminado. Ya deja de fingir Sesshomaru, sabes que realmente no la amas.
—Hm.
—Nunca podrás estar con una chica como ella. Tú eres una persona horrible y lo sabes. Conoces las cosas que hiciste en el pasado. Sabes que son terribles para mencionarlas. Lo mejor será que dejes a esta chica. Te aseguro que tendrá una larga y mejor vida si ya no esta involucrada contigo. Entonces ¿qué dices?— No le respondió—Bien, los dejaré a solas, dado qué tendrás, a la fuerza, qué dejarla. —Sé retiró del lugar y cuando quedaron solos él volteó a verla.
—¿Me dejaras?
—Es lo mejor para ti. Yo... Soy una persona horrible, no tienes conocimiento de las cosas que hecho, Rin... he matado personas y las he manipulado, la mayoría mujeres, pero... a la única que no logre manipular fue a ti, Rin, porqué me enamoré... No fui capaz de hacerte eso. Intenté no meterte más en esto, pero mientras sigas conectada con mí, no tendrás libertad, por eso debo abandonarte.
—¿No hay otra forma?— Preguntó con los ojos cristalinos— yo... no quiero... qué me dejes... ¡yo te amo!
—Perdón Rin, pero nunca tuve que involucrarme contigo— dijo tomándola de las mejillas y juntando su frente con la de ella que comenzó a llorar.
—¿Te arrepientes de haberte enamorado de mí? —Cuestionó observándolo a los ojos.
—Claro que no, no me arrepiento de nada— confesó secando las lágrimas de ella y posteriormente la besó lentamente —adiós Rin—se despidió soltando la mano de ella y se marchó sin mirar atrás. Cuando se fue, la joven azabache se desplomó y sucumbio al llanto.
Pasaron los días y Rin ya tenía nuevo guardaespaldas. Kagome la veía deprimida, no era la misma chica de siempre, no era la Rin alegre, chistosa, cariñosa, había cambiado. Pero ella intentaba seguir siendo la feliz Rin, ocultaba su sufrimiento detrás de una sonrisa, que no pudo engañar a Kagome.
—Vamos Rin, fue por tu bien. Sabes que él siempre te amará.
—Lo sé Kagome, solo que... nada.
—Desahogaté Rin, soy tu mejor amiga no se lo contaré a nadie, puedes tener confianza en mí.
—Solo que... yo... lo amo, —Empezó a llorar y su amiga la abrazó—lo extraño mucho, Kagome... nunca había amado tanto a alguien... como a él ¿Lo puedes complender Kagome?
—Calma Rin, comprendo tu sufrimiento, pero estoy segura que lo volverás a ver, solo ten fe — dijo acariciando su cabeza de forma cariñosa.
—Gracias... Kagome.
Pasaron unos días y Rin había sido llamada por su prometido. Llegó a un edificio de 10 pisos, era el hotel qué le pertenecía a Yuu, pero este lugar provocó sospecha en Rin, sentía un mal presentimiento. Subió hasta el octavo piso, después se dirigió hacia la habitación donde él estaba. Entró a la habitación y él estaba sentado en un sofá.
—¿Para qué me llamaste?
—Directa como siempre.
—Responde.
—Bien... —Se levantó y se acercó a ella —Quiero que ya tengas a mi herencia.
—Estás loco, mientras pueda evitarlo no tendremos nada—respondio frunciendo el ceño y dio pasos hacia atrás.
—Sabía que dirías eso. —En un movimiento rápido ya la tenia contra la cama.
—¡¿Pero qué haces?! ¡Sueltame Yuu!
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Mi espia
FanfictionRin, una chica de ojos cafés chocolates, cabello negro como la noche, piel clara intermedia, alta y con unos labios finos: es una estudiante de último año de preparatoria, con muchos problemas por los negocios de sus padres y una vida aburrida. Sess...