USHIJIMA

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La primera vez que nuestros ojos se encontraron fue a las afueras del gimnasio infantil de Miyagi, el pequeño bulto sollozante impedía mi entrada puntual al recinto y arrebataba mi tiempo de entrenamiento, me le quedé mirando tratando de transmitir lo que sentía sin palabras, sin embargo el bulto pelirrojo no se movía ocasionando una molestia aún mayor cuando el pequeño obstáculo se removió dejando el camino libre sin levantar la mirada, me sorprendió por un momento pero decidí dejarlo pasar y concentrarme en la práctica

Al finalizar el entrenamiento, el pequeño seguía en el mismo lugar pero esta vez de pie y con una mirada perdida dirigida hacia el gimnasio, sólo en ese entonces me percaté de sus ojos... me perdí en ellos sintiendo el tiempo detenerse a mi alrededor, una calma alarmante me invadió como si un gran peso dentro de mí se hubiera liberado, sonreí inconscientemente, el pelirrojo al percatarse de eso retrocedió un poco, la mirada en sus ojos cambió drásticamente

-P...perdón, no quería molestarte - dijo bajando rápidamente la mirada, no quería ver nunca más esa expresión en su rostro, verlo de esa forma despertaba un sentimiento dentro de mí que no podía explicar mi cuerpo se sentía alterado, impaciente, tenía la urgencia de abrazarlo, sin embargo no lo hice...

¿De haberlo hecho, habría cambiado algo?

-Si quieres entrar y unirte sólo hazlo - mis palabras salieron de una forma tosca, nunca me percaté de la sequedad de mis palabras, lo había considerado normal hasta que levantó la mirada sorprendido, sentí la urgencia de disculparme sin saber en su momento por que

-¿R.. Realmente me dejarías entrar? ¿jugarías conmigo? - el pequeño frente a mi habló rápidamente con un volumen bajo - ¿no crees que soy un monstruo?

Dijo lo último apenas en un susurro audible

-¿Por qué creería eso? - El ver la expresión en su rostro me llenó de una emoción muy grande, casi comparable con la primera vez que jugué Voleibol.

-¿Lo dices en serio? ¿Jugarás conmigo? - Sentía mi rostro calentarse, sus manos se encontraban sobre las mías y su rostro sólo estaba a unos centímetros del mío. En ese momento lo supe, jamás me sentí tan cómodo ante el toque ajeno, la cercanía de las personas siempre me abrumaba, nunca fue un problema pues además de mis padres, nunca nadie se había acercado de esa forma...quería más.

Siempre me sentí perdido, nunca pertenecí a ningún lugar, jamás experimenté alguna sensación o sentimiento,caminaba a ciegas sin rumbo hasta el día estuve dentro de la cancha, a partir de ese momento el voleibol era lo único que me llenaba, sin embargo en ocasiones la cancha se volvía un lugar aterrador que podía devorarme en cualquier momento.

Esto dio inicio a la implacable ola de nuevas emociones, las tardes de juego con Satori se volvieron días enteros cargados de risas, la habitación descolorida comenzó a llenarse de afiches, las repisas inexistentes se convirtieron en libreros cargados de manwhas y películas favoritas de cierto pelirrojo, ahora sabía que su cara podía expresar emociones e irradiar felicidad... todo aquello era insignificante ante lo que Tendou realmente le había dado.

Mi lugar estaba en sus manos

Tú eras mi único destino

Y eso me aterraba

Y eso me aterraba

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DIE FOR MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora