PARTE 11

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La puerta jamás se había sentido tan grande, la enfermería no era un lugar que visitara con frecuencia, de hecho, la visita de hace 2 días era la primera y juraba que sería la última, la vergüenza que sentía era infinita, el ser visto de una forma tan vulnerable, el que otra persona notara lo destruido que estaba no le agradaba, a decir verdad, lo que más le molestaba era el sentir la necesidad de volver a disfrutar el toque gentil, amoroso que hasta ese momento sólo había sentido de su abuela, dirigirse hacía el de nuevo aún sin merecerlo, lo hacía querer morir, sin embargo, ahí se encontraba, igual que hace 2 días, aquellos en los que no atrevió a acercarse más allá de los 2 escasos pasos que lo separaban de aquella habitación, aunque si era honesto el día de hoy se encontraba escasos centímetros más cerca, un gran avance, no obstante, no quería que la enfermera le repudiara, todos en algún momento llegaban a hartarse de él en el momento que ya no les era útil ¿por qué esta vez sería diferente? Definitivamente no quería ser odiado por aquella omega que le recibió con los brazos abiertos y aunque fuera por pocos minutos le hizo sentir acompañado.

Habían pasado ya 2 días de aquel suceso, aquel día al terminar con sus curaciones y agradecer se dirigió a casa, era consciente del espectáculo que brindó a todos los estudiantes, si se quedaba todo mundo le vería con la lástima que fingía no notar, no tenía el ánimo de ser más miserable, solo por ese día se permitiría ir a casa, dormir y olvidar lo que había ocurrido.

Nada de eso resultó, desde que encontró a Wakatoshi los sueños constantes que le atemorizaban sobre la muerte de su abuela habían desaparecido, por lo que en algún momento pudo olvidar y vivir hipócritamente sin la carga de haber matado a su abuela, así que el despertar empapado en sudor esa tarde le tomó por sorpresa, después de aquello no pudo conciliar el sueño.

Al día siguiente al "accidente" realmente quería acudir a la escuela, no podía arriesgar más su graduación, no después de todo lo que tuvo que soportar por casi 5 años, no quería volver derrotado a casa, no después de ver un destello de cariño en el rostro de sus padres al decir que estudiaría medicina, el cual se esfumó casi inmediatamente, recibiendo un simple "el hacerlo, no cambiará nada de lo que hiciste...pero, si lo logras, te recibiremos con los brazos abiertos", en el momento que escuchó esas palabras de su padre, se aferró a esa esperanza, tenía que hacerlo si quería tener un hogar. Después de sorpresivamente aprobar el examen de admisión en una buena universidad, si bien sus padres se comunicaban con él escasamente, le proveían de una gran cantidad de dinero, y al menos preguntaban si lo estaba haciendo bien, los días en los que era constantemente ignorado quedaron rápidamente en el olvido. Al final se arrepintió de haberse presentado a clases, la herida seguía inflamada, y el no haber dormido le daba una apariencia aún peor, cosa que el doctor Platt recalcó, expulsándolo del aula, aludiendo que el simplemente observarlo le quitaban las ganas de seguir con la clase, sentía las miradas disgustadas de sus compañeros, en su mayoría alfas, quienes seguramente le odiarían por no permitirles escuchar la cátedra de un doctor tan importante, lo mismo ocurrió al día siguiente.

Contrario a lo que podía pensar, aquellos comentarios humillantes, no le habían afectado, de hecho se sentía aliviado, no quería sentir la asquerosa mirada de Platt sobre él, además si era expulsado del aula no afectaba su récord de asistencia, no obstante algo si nublaba su mente, aquella enfermera seguía invadiendo sus pensamientos, entremezclándose con la muerte de su abuela, ocasionándole una gran jaqueca, se había vuelto codicioso a aquel toque, tal vez, la vida le estaba restregando lo poco merecedor que era de aquel cariño fuera lo que fuera, necesitaba de aquella calidez, de aquel aura familiar que le transmitía aquella oficina, en la que de forma inimaginable se le brindó apoyo sin pedir nada a cambio.

Finalmente, cuando estaba a punto de retirarse cobardemente, la puerta se abrió sorpresivamente, saliendo de ella un beta de corta estatura con un vendaje cubriendo una gasa en su muñeca, le saludó amablemente y el pelirrojo respondió con un asentimiento, detrás se asomaba aquella omega con una deslumbrante sonrisa, se dio la vuelta sintiendo el pánico crecer en su interior, lucía horrible y no quería ser visto de esa forma, al menos no por aquella mujer

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⏰ Última actualización: Dec 04, 2021 ⏰

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