Parte 2

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Mi cabeza me estaba matando, el martilleo llevaba 2 días sin cesar, martilleo producto de los exámenes departamentales , o así decidían llamarlo los Doctores que nos enviaban al matadero, cual cerdo en festividades ... ¿realmente es necesario un título universitario? ... Golpeé mis mejillas con fuerza para espabilar y borrar ese pensamiento

-Señor , Satori - escuché una pequeña voz llamándome, llevé la mirada hacia abajo y pude notar al pequeñín que estaba a mi cuidado, llevaba una pequeña bata hospitalaria de manga corta a través de la cual se observaba su piel pálida y algunos moretones producto de su enfermedad, portaba un gorrito de rana tejido a mano cortesía de mi debilidad y amor por el pequeño, el verlo diariamente me llenaba el corazón, el semblante serio que adornaba su carita en nuestro primer encuentro me recordó a Wakatoshi , como un espejismo ... ¿así habría lucido de niño? ¿así luciría nuestro hijo?, el solo pensar en eso me hizo negar ligeramente con la cabeza, no pensaría en ello ahora, sabía que el recuerdo de la última noche dejaría un sabor amargo y no quería arruinar el único momento que me daba felicidad en estos últimos días ... me puse en cuclillas para estar a su altura y comencé a dar pequeñas caricias en su mejilla derecha, mientras él correspondía a mi tacto acercándose aún más hasta posar su pequeña cabecita en mi pecho

-¿Qué sucede, pequeñín? ¿Duele de nuevo? -Dije suavemente dando leves caricias en su espalda

El pequeño asintió en respuesta, había sido diagnosticado con leucemia a los 2 años de edad y llevaba combatiéndola por 3 años, al año de tratamiento había sido abandonado por su madre, una omega de clase baja según recuerdo, no puedo culparla, después de todo en cada visita había un nuevo golpe o moretón en su menudo cuerpo , a pesar del visible dolor en este, sonreía con total sinceridad ante el progreso de su hijo, brindándole mimos en todo momento, mientras yo observaba por la ventana, rogando porque ella lograra salir de aquel infierno y anhelando ese lazo madre-cachorro.

Si, definitivamente atravesaría el martirio de los exámenes parciales si eso me permitía ser Pediatra y salvar al pequeño Haruki, recorrería el mismo infierno si eso significaba ver esa sonrisa crecer con el paso de los años.

El pelirrojo sonrió con determinación, no obstante una pizca de tristeza se podía observar muy en lo profundo de esos ojos que poco a poco iban perdiendo el brillo...Habían transcurrido ya 2 años y medio de la extraña relación con Ushijima ,los cuales no quería recordar, recordar el cuan necesitado estaba del rematador lo avergonzaba, esa época en la que una mirada bastaba para abandonar todo por lo que tanto había luchado, si el rematador se lo pedía, era capaz de abandonar su sueño, habría hecho hasta lo imposible por darle una familia al castaño, un hijo que Wakatoshi amaría , un hijo nacido de un amor correspondido...

-Te daré algunos dulces que te ayudarán ¿de acuerdo?, pero debes prometer algo -Dije alejándolo un poco, para ver esa hermosa carita que llenaba mis días, el pequeño tenía un pequeño puchero, sus mejillas irritadas y con un húmedo sendero que delataba el llanto, su mirada brillando a la expectativa - deberás ayudarme con este pastelillo de zanahoria ¿te parece?

Sus ojitos brillaron de felicidad, reemplazando el puchero con una brillante sonrisa, el pastel de zanahoria era su debilidad, de vez en cuando yo le traía un poco a escondida de mis profesores, después de todo el pequeño se había ganado mi corazón desde la primera visita, durante mi primer año de universidad, al acudir como voluntario, durante ese tiempo había comenzado la extraña relación con Ushijima, así que necesitaba algo en que ocupar mi mente.

Me incorporé, mientras tomaba su manita y nos dirigimos al almacén del tercer piso, o mejor dicho, nuestra base secreta, podríamos comer el postre y hablar sin reparos sin ser descubiertos. Poco después de terminar el pequeño postre Haruki se quedó dormido en mis brazos, aproveché el momento para sentir sus latidos y su respiración acompasados con los míos, tal vez era mi instinto omega o sólo yo siendo un tonto iluso, que al verlo dormir tan frágil, tan hermoso, no podía evitar fantasear con una pequeña familia, en esa fantasía Haruki estaba mejor que nunca, esperábamos abrazados en la sala de estar, Ushijima entraba por la puerta a abrazarnos y llevarnos a la habitación...soñaba con un hogar.

DIE FOR MEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora