Capítulo 6

123 25 3
                                    

Seguimos el camino hacia su hogar y pude notar que vivimos en la misma residencial solo habían dos calles a distancia, estábamos llegando a su casa y ya podía empezar a sentir nuevamente ese vacío, no pude evitar pensar que tendría que volver a mi hogar y soportar todo para volver al día siguiente a verla.

- Llegamos - mencionó dándome un suave toque en el hombro mientras miraba el suelo con una expresión algo decaída.

- ¡Hey! Se suponía que yo te traje, yo debí decir esa frase- empecé a quejarme y pisar el suelo desesperadamente mientras la observaba soltar una sonrisa- Me gusta cuando sonríes, haces que sienta algo cálido en mi pecho - la obsevé volver a dibujar una sonrisa quedandome sin aire por unos segundos

- ¡No puedes decir esas cosas y pensar que no me van a afectar!¡Eres demasiado dulce! - soltó un gritito mientras se tapaba el rostro con ambas manos y se giraba dándome la espalda.

- Lo sé, me lo dicen mucho - comenté con una sonrisa burlona - te vas a tener que acostumbrar a comentarios así- dije mientras me miraba las uñas.

- ¡Mi li dicin Michi! ¿Enserio tenías que decir eso?, látima que no van a poder competir contra mí ya que eres mía - me dijo mientras se volteaba y me miraba con una expresión burlona.

- tú... tú... tú...agh...mejor me voy - susurré nerviosa mientras me iba rápido.

- ¡Sabes que es verdad! - escuché a lo lejos que me decía.

Me  despedí con la mano y empezaba a caminar recreando todos los momentos que habían pasado con ella.

Cuando me aleje un poco me acordé del beso y de la declaración y no pude evitar empezar a brincar.

- ¡Así se hace Yeh Shuhua! Ahora no la pierdas - me dije mientras me daba leves palmadas en el hombro.

- ¿Así se hace Yeh Shuhua? ¡Wao! Creo que ha sido lo más lindo que he visto que hagas - escuché a mis espaldas deteniendome y rogando que no me hubiera visto Soojin.

Actúe como si nada hubiera pasado y ví que efectivamente si había Sido Soojin, en ese momento pensé: ¡Oh oh!

- Se me había olvidado decirte ¡Te veo mañana!, Pero no espere encontrarme con esta escena- dijo mientras se reía.

-¿Tendré que darte más besos para verte hacer algo así? No me molestaría para nada- dijo mientras me miraba con la cabeza tildada hacía un lado y un lindo puchero. Noté que la luz del atardecer le daba directo a ella causando que sus facciones de vieran más definidas y hicieran que me quedara hipnotizada viendola.

- Soojin eres demasiado hermosa, no te muevas, quedate así por un momento - comenté mientras olvidaba la escena y buscaba mi celular y enfocaba a Soojin y le tomaba fotos- hermosa- susurré logrando que sonriera más grande.

- ¿Puedo verlas?- preguntó emocionada mientras daba pequeños brincos de manera tierna.

Se las mostré mientras yo seguía sin creer que con pequeñas acciones que ella hacía iba entrando en mi pequeño lastimado corazón causando diversas emociones.

- ¿Estás segura que me veo bien? Siento que en algunas no me veía bien - habló mordiéndose el labio de manera ansiosa.

- Para mí te ves como la más hermosa, saliste perfectas en todas y para demostrarte lo hermosa que eres, te pondré de fondo de pantalla - dije.

Mientras escogía la foto podía notar que estaba haciendo un lindo movimiento por la emoción. - Listo- comenté mostrándole la foto.

- Ahora sí, señorita Soojin déjeme escoltarla a su hogar - mencioné mientras hacía una pequeña reverencia y le estiraba mi brazo.

- Eres muy dulce, demasiado,me dan ganas de darte muchos besos - me dijo con un rostro serio.

Soojin tsundere había vuelto, ¿Cómo puede ser que me empiecen a gustar todas sus expresiones faciales?

- Listo, hemos llegado a su hogar princesa - comenté junto a ella en la entrada.

- Gracias, mi linda dama - me comentó haciendo una reverencia mientras me dirigía una eye smile.

- ¡Ouh! ¡Ouh! Creo que me está dando algo por ver mucha belleza, mejor me voy - comenté mientras fingía dolor y ponía una mano en mi pecho, retrocedía mientras actuaba.

- Ya, mejor vete antes de que se haga mas tarde- habló sonriendo tierna y suavemente mientras hacía un gesto de despedida con la mano.

Estando frente la puerta de mi casa, recordé la gran pelea que había causado y me preparé para la gran golpiza que iba a recibir.

Esperé unos segundos para tomar valor y entré, hubiera podido escabullirme hacia mi cuarto pero me lleve la gran sorpresa de encontrar a mi padre enojado.

Antes de poder pronunciar palabra alguna fuí recibida con un empujón haciendo que me estrellara con la puerta, intenté levantarme para ser de nuevo tumbada con dos fuertes patadas e incontables puñetazos.

- Que sea la última vez que me llaman a la escuela por uno de tus arranques, porque te juro que la próxima será peor - rugió en mi rostro antes de volver estrellarme la cara con el suelo.

Debido a la posición en la que me empujó pude sentir como mi brazo se partía y un intenso dolor me recorría.

Escupí un poco de sangre, mientras lo miraba con rabia, y intentaba apoyarme, sin éxito.

- Limpia está porquería antes de que llegue tu madre y tu hermano, ¿Por qué no puedes ser como tú hermano? - dijo mientras se retiraba.

¡Maldita sea!
¿Realmente era necesario todos estos golpes?

Debí haberme quedado callada y no explotar

- ¡Vaya mierda! Tendré que ir al hospital - susurré mientras me levantaba y salía de casa.

Y he llegado a la conclusión de que si las cicatrices enseñan, las caricias también.
Mario Benedetti

LimerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora