Aunque No Puedas Verme. Junghope.

Ten

Jungkook y Hoseok habían ideado un plan, mañana por la noche irían al hospital, estaba prohibida la entrada de Hoseok, pero Jungkook lo ayudaría a pasar sin que nadie lo notara, esto para que Hoseok encontrara el expediente de Jungkook pues el mencionado no había logrado abrir el gabinete y además el tener que tomar los folders y leer hasta encontrar el suyo, era complicado, no siempre podía tocar las cosas.

Hoy, Jungkook, había ido a la casa de sus padres, para ver si su madre planeaba algo más, se fue más confiando al haber logrado que Hoseok supiera que seguía vivo y no trataría de suicidarse. Cuando escuchó a Hoseok pronunciar su nombre, preguntando si era él, se sintió tan aliviado, porque pudo explicarle a Hoseok  que no lo había dejado, que seguía ahí con él. Y con eso se sentía más que satisfecho, porque si no podía despertar, al menos ya se había comunicado con él una vez más, al menos iba a poder despedirse. 

Hoseok se había quedado en el departamento, lavó su ropa y la colgó en el tendedero, esperó pacientemente a que se secara mientras preparaba comida, estaba doblando la ropa en la sala cuando escuchó la puerta ser tocada. Se levantó corriendo esperando a que fuera Jungkook, pero solo vio a Tae.

—Hoseok...  ¿estabas esperando que viniera?— Hoseok sonrió levemente algo decepcionado pero asintió intentando no delatar su verdadera intención.—Me alegro.—Entró y cerró la puerta. Hoseok desvío la mirada, no sabía qué decir.— Oye...

Hoseok lo miró esperando a que Tae terminara de hablar.

—Huele rico, ¿acabas de cocinar?— Asintió ante su pregunta, Tae dejó su cabeza caer de lado y sonrió.—¿Tienes visita?

Hoseok negó con la cabeza.—No, es solo que hice algo de comida para hoy y mañana.

Tae le sonrió de una manera distinta.—¿A si que no hay nadie?

Hoseok sintió un escalofrío en cuanto lo vio dar una paso más cerca. Él retrocedió y Tae volvió a dar un paso en frente, pasaron exactamente cuatro segundos para que Hoseok entendiera lo que estaba apunto de pasar. Se dio la vuelta y comenzó a correr por el pasillo, escuchó que Tae lo seguía detrás bastante cerca, intentó abrir la puerta de su cuarto pero sintió su brazo ser jalado. Tae lo acorraló contra la pared con fuerza, Hoseok comenzó a llorar, se sentía desesperado y no pudo hacer nada cuando Tae empezó a besar su cuello, intentó escabullirse pero él sujetó sus manos y no lo dejó moverse. Cuando intentó volver a zafarse del agarre golpeó el mueble a su lado y una planta que tenía sobre el mueble se cayó haciendo que la maceta de porcelana se partiera en pedazos, pero eso no había detenido a Tae, no lo había distraído.  

—Por favor...—Habló Hoseok con temor de que Tae se enojara más.

—¡Cállate! siempre te traté bien, no te importó todo lo que hice por ti, ni siquiera me miraste...No creas que soy estúpido, estabas esperando a alguien más...—Taehyung escupía las palabras con odio, podía escuchar su molestia en cada letra. Sintió sus manos rasposas recorrer su espalda y su torso por debajo de la camisa, se sentía asqueado y tenía nauseas, se estaba mareando y en cualquier momento sus ojos se cerrarían. Los labios de Tae recorrían sus clavículas y quemaba todo a su camino. Estaba temblado, su piel se erizaba al pensar lo que planeaba hacerle y no quería, porque él solo era de Jungkook, de nadie más.

—Por favor...—Suplicó Hoseok con su boca seca, ya ni siquiera podía hablar cuando sintió que Tae le desabrochaba el pantalón.

—¡¿Es lo único que dirás?! ¡¿Es todo lo que sabes decir?!— Hoseok comenzó a llorar más cuando Tae arrancó los botones de su camisa y empezó a besar su pecho.

—¡¡J-jungkook!! ¡Jungkook! por favor...—Tae se molestó aún más al escuchar a Hoseok gritar ese nombre.

—¡Él está muerto, déjalo en paz, ahora me tienes a mí, no lo necesitas!— El ruido en la puerta principal hizo a Tae ponerse alerta.—Sabía que mentías. Dijiste que no estabas esperando a nadie.

Hoseok negó con la cabeza de inmediato.—No lo hago...—Las luces del pasillo se prendieron y se apagaron sin detenerse, pero lo que se le hizo extraño a Tae fue ver el apagador moverse, como si alguien lo tocara. Se alejó asustado.— ¡¿Qué estás haciendo?! ¿Cómo haces eso?.—A espaldas de Taehyung había una puerta que se abrió con fuerza, ni siquiera se dio la vuelta, comenzó a correr hasta que llegó a la puerta principal, sintió que alguien lo sujetaba del brazo y se asustó al no ver a nadie detrás, con los ojos abiertos como platos se liberó del agarre y logró salir. 

Hoseok seguía llorando ahora sentado en el suelo mientras rodeaba sus piernas con sus brazos, escondía su cabeza y trataba de tranquilizarse, sintió algo tocar su brazo, supo de inmediato que Jungkook se encontraba ahí, a su lado. Levantó su cara y soltó sus piernas para abrazarlo con fuerza, su llanto aumentó.  

—É-el iba a... el casi me...—Habló entrecortado mientras temblaba al recordar la desesperación que sintió. 

Jungkook se removió entre sus brazos, vio que la tierra en el suelo de la maceta que se había caído, se movía.

Había escrito con la tierra.—Casi. 

Hoseok se apegó al cuerpo de Jungkook lo más que pudo, sintió las manos del contrario recorrer sus piernas hasta llegar a su cintura mientras lo ayudaba a sentarse en su regazo, una mano tomó su cabeza para recostarla sobre su pecho. Su corazón se relajó de inmediato, en ese cálido abrazo encontró refugio y sintió que podía volver a respirar, con Jungkook a su lado se encontraba seguro y todo estaba bien, con él a su lado ya no le tenía miedo a nada. 

Jungkook acarició el cabello de Hoseok con cuidado para ayudarlo a relajarse y parecía funcionar porque pronto sintió que Hoseok dejaba de llorar. Lo vio levantarse un poco, lo suficiente como para que quedaran cara a cara, Hoseok no era capaz de mirarlo, pero conocía tanto su rostro que casi podía verlo ahí, frente a él. 

Con su mano tocó la mejilla de Jungkook, se sentía extraño pero no le molestaba, estaba ahí y era lo único que importaba. 

—MelhaDragon.