Algo ardía en su interior. Hace tiempo que se había cansado de llorar, pero no podía parar.
Llevaba alrededor de seis horas sentado en la banca, hacía frío, tenía hambre y el cuerpo le dolía por estar en la misma posición.
Pero no planeaba irse. No quería irse.
A su lado el aire bailaba y trataba de tranquilizarlo, intentaba secar sus lágrimas pero siempre caían otras para reemplazarlas y después de un rato ya había dejado de importarle. Hoseok sentía que en cualquier momento su corazón dejaría de latir y por fin su alma descansaría, que pronto sentiría un alivio que lo ayudaría a tranquilizarse.
Los recuerdos entraron en su mente obligándolo a sentirse miserable. Desde que nació había deseado aprender muchos idiomas, pasó así, pues sabía hablar algunos. Trabajó en una editorial para traducir libros y eso realmente le gustaba, no era complicado y era entretenido pues leía muchas historias demasiado interesantes.
Conoció a Jungkook tiempo después en este lugar. Justo cuando había terminado con su antigua pareja. El muy idiota lo había dejado luego de una relación de dos años, no le dio una razón, solo se fue de la casa llevándose sus cosas, dejándole una nota donde decía que ya no sentía lo mismo, que quizás jamás lo había hecho, fue ahí donde su mundo se vino a bajo y por sus propios medios se enteró de la infidelidad. Se sintió como un estúpido por no haberse dado cuenta, luego de eso y por estar distraído lo corrieron del trabajo cuando dejó de lado su empleo por estar llorando y desperdiciando su tiempo. Se sentía desesperado porque no estaba de humor y no tenía ganas de estar buscando trabajo, pero era necesario.
Pasado.
Ese día estaba muy desesperado, porque no solo fue lo de su trabajo y lo de su exnovio, sino que su abuelo que tanto había querido, había fallecido. Todas esas emociones lo estaban golpeando a la vez y sus ojos comenzaban a interesarse más y más en el lago frente a él. Su cabeza le creaba mil ideas que prefería ignorar, pero al parecer no era así.
Porque sin darse cuenta ya estaba caminado.
Después de ahí no recuerda nada, solo una voz lejana que le decía que todo iba a estar bien, le prometía protección y le aseguraba que estaría a su lado.
Al despertar en el Hospital, los doctores le explicaron que un chico lo había visto resbalar al lago y por suerte lo había salvado, Hoseok solo asintió con la cabeza entendiendo que el chico lo había cubierto en su intento de suicidio. Jungkook era el nombre de la persona que lo había salvado. Pidió hablar con él para pedirle que no le dijera nada a nadie, porque si alguien se enteraba pensarían que estaba loco, y no tenía tiempo de lidiar con ese tipo de personas. Ya estaba cansado.
—No te preocupes, no hablaré, pero sino te importa, me gustaría asegurarme de que estás bien. Supongo que tienes suficientes argumentos para hacer lo que hiciste. Pero no quiero que vuelvas intentarlo.
Su corazón se alteró un segundo pues el chico era muy guapo y su mirada era muy intensa y no se despegaba de él, su sonrojo hizo que desviara la mirada y aceptara sin ponerle atención a sus palabras.
Presente.
Y ahora, en ese lugar frente al lago, sabía que era un error, Jungkook se lo había dicho. Pero ahora ya no estaba para salvarlo, ya no tenía sentido.
No servía de nada seguir viviendo, Jungkook era el único que lo mantenía a flote, y ahora hasta respirar le estaba costando trabajo.
Pero Jungkook le hizo prometer que no lo volvería a intentar, y ya había roto esa persona hace unos días en su bañera, pero ya no estaba Jungkook para regañarlo. Simplemente ya no estaba y es lo que Hoseok no podía entender, no quería, se reusaba a aceptar que Jungkook ya no estaba en su vida.
Jungkook era su soporte, el que lo hacía querer seguir viviendo, él se había dedicado de hacer de él una mejor persona y no podía decepcionarlo, no sería justo. Aún recuerda todas esas veces en las que pensó en rendirse, su estabilidad emocional dependía de un hilo y estaba siempre al borde de romperse, como ahora, como mañana, como posiblemente esté el resto de su vida, porque Jungkook no era alguien que fuera fácil de superar, no lo era, y eso dolía, dolía como el infierno y lo desgarraba, lo desgarraba hasta llorar y sentir que se quedaba sin oxígeno y cuando por fin iba a dejar de respirar, un recuerdo lo ayudaba a tomar aire y era un ciclo que se repetía y no se detenía por más que lo quisiera, su ansiedad subía y bajaba constantemente, sus manos temblaban sin dejar hacerlo nada y eso lo desesperaba más y ya no podía.
Se puso de pie y se dio la vuelta con toda la fuerza de voluntad que tuvo, regresó a casa y cerró la puerta poniendo seguro como si eso lo salvara de lo que sea que fuera. Pero sabía que no iba a ser así, no era posible. Los días se le hacían repetitivos y ya no sabía cuánto tiempo había pasado desde la muerte de Jungkook, pero cada segundo era un disparo al corazón que hería sin matar. Soltó un suspiro y sintió algo de alivio en su pecho, la tensión que sentía se había ido. Su cálido hogar ahora se sentía frío y solitario, Jungkook era el que le daba vida al departamento, una sonrisa solida apareció en sus labios
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Aunque No Puedas Verme. Junghope.
FanfictionHoseok está muy triste, aún no puede creer lo que está pasando, lo que le pasó. No puede comprender. Pero cuando él lo toca no sabe en qué más pensar. Aunque no haya nadie realmente ahí. • Historia completamente mía. • Se mencionan temas sensibles...