XI

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Al llegar a las canchas me separe un poco de los chicos para ir con los entrenadores y darles las notas que había hecho de los partidos que habíamos visto. Intentaba no despegarme del grupo ya que no conocía a nadie y había mucha gente y eso me ponía algo nerviosa.

—Kuroo, ¿estas nervioso? —pregunto Kenma sin despegar la mirada de la cancha.

—¡Ah~! Claro, mira contra quien vamos —hablo fijando su mirada en el equipo que iba entrando en la cancha.

No era para menos que Kuroo estuviera nervioso, nuestro primer partido seria con Fukurodani, me atrevía a decir que era el rival más fuerte al que no podríamos enfrentar en Tokio.

Los gritos no se hicieron esperar ante la entrada del capitán del equipo rival, y no se diga de las porras de la escuela. Era la primera competencia oficial a la que iba, lo cual me emocionaba y me ponía nerviosa, escuchar a tanta gente cantando a coro las consignas de sus equipos.

La porra de Nekoma tampoco se hizo esperar en la tribuna al oír a las otras escuelas. Gire hacia las gradas para ver a nuestros compañeros en la porra y me sorprendió ver a una niña de cabellos café claro ser llamada capitana de la porra. Igualmente, logre ver a Alisa-neesan en las gradas apoyándonos.

—Tu hermana esta tan motivada como siempre —menciono Yaku dirigiéndose a Yamamoto.

—Lo siento —se disculpó el antes mencionado, aunque parecía bastante alegre al decirlo.

—La hermana de Lev es tan guapa como siempre —hablo Yaku nuevamente, esta vez con una sonrisa de tonto enamorado.

—¿Verdad? —exclamo Lev dándole la razón.

Sali de la zona de la cancha y me senté junto a los entrenadores para hacer algunos apuntes de lo que sucediera en el partido. El partido comenzó con los saludos de los equipos, por lo cual se alinearon.

—¡Tengamos un buen juego! —exclamaron los dos equipos al mismo tiempo.

Nuestro equipo hizo un círculo llevando sus manos cerradas en un puño hacia el centro del círculo y Kuroo empezó su discurso motivacional como capitán.

—Básicamente somos sangre, debemos fluir sin problemas, que el oxígeno se mueva para llegar al cerebro —dijo el pelinegro de forma seria pero llena de emoción por comenzar el partido.

El parido comenzó con un saque de parte de uno de los jugadores de Fukurodani, y tan rápido como inicio el juego, Kuroo anoto un punto gracias a la colocación de Kenma.

El siguiente en sacar era Yamamoto, saque que fue elevado por el número siete de Fukurodani, sin embargo, Bokuto-san fue quien remato.

«Mierda...», el remate había sido fuerte y al rebotar contra las manos de los bloqueadores salió volando hacia las gradas, y la hermana de Taketora había atrapado el balón.

—¡EY! ¡EY! ¡EY! —grito el capitán del equipo contrario con mucho entusiasmo.

El partido continuo con normalidad, aunque todos estábamos demasiado tensos. En tan poco tiempo me había dado cuenta de que Yaku nos había salvado de muchos balones en este partido, había sido un ángel en este partido. Al igual que tenía que reconocer que Bokuto-san era casi imparable, tenía demasiada energía y fuerza para rematar, aunque parecía que nuestro equipo estaba algo acostumbrado a esos remates tan explosivos.

Kenma parecía más cómodo recibiendo los remates del as de Fukurodani, parecía predecir sus ataques, aunque eso no era todo lo necesario para detener sus remates, tenían demasiada fuerza y debían de ser parado con una buena recepción.

Ojos de GatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora