Me despierto y, lo primero que hago, es mirar mi móvil. Ya es tarde. Levanto a Meg, y ambas nos apresuramos a cambiar. Me maquillo rápidamente y me hago una coleta.
—Issy, si quieres, baja; yo me voy a tardar —dice Meg.
—Vale —respondo, intentando sonreír.
Bajo las escaleras y encuentro a la madre de Meg preparando el desayuno.
—¿Le ayudo? —pregunto nerviosa, con la esperanza de hacer algo útil.
—Sí, cariño —dice ella, sonriendo amablemente.
—¿En qué te ayudo? —le pregunto, contagiándome de su alegría.
—En cortar la fruta.
—Vale.
Comienzo a cortar la fruta mientras charlamos. La madre de Meg es encantadora, y disfrutar de su compañía me hace sentir un poco más animada. Justo cuando termino, baja Dylan.
—¡Hola, Issy! —saluda, sonriendo de una forma que siempre me hace sentir especial.
—¡Hola, Dylan! —respondo, devolviéndole la sonrisa.
Nos sentamos a comer y, poco después, Meg baja apurada. Salimos hacia el coche y, en un abrir y cerrar de ojos, llegamos al instituto.
Bajamos y, al instante, siento las miradas de mis compañeros. Me miran con desprecio. Busco a Cami con la mirada, pero no la veo. El timbre suena, indicando que comienza la clase. Al llegar al salón, la ausencia de Cami se hace palpable.
—¡Hola, chicos! —saluda la maestra, sonriendo, como si no tuviera idea de lo que me está pasando.
La clase comienza y, al parecer, todo va bien hasta que la maestra dice que formemos parejas. Obviamente, nadie me elige y esa realidad me golpea. ¿Por qué todos me odian?
—Issy, ¿tú con quién lo harás? —pregunta la maestra, confundida al verme sola.
—Con Cami, pero no ha llegado —respondo, sintiendo cómo el nerviosismo se apodera de mí.
—Vale —dice, sonriendo.
La clase se termina, pero me esperan tres horas más de filosofía antes del descanso. La maestra organiza una actividad en la que debemos escribir anónimamente cosas buenas y malas sobre nuestros compañeros. Es una de las experiencias más humillantes que he tenido. Solo una persona escribió algo positivo sobre mí: "Eres muy linda." El resto se burla de mí con insultos crueles. Cosa como: "Zorra", "putas", "mala amiga", "egoísta"... Quería llorar, pero no quería que nadie me viera débil.
—Bueno, chicos, lean cinco cosas positivas que les dijeron —ordena la maestra, aún sonriente, ajena al dolor que siento.
—Eres linda, amable, amo tu forma de ser, bonita, muy linda... y cosas negativas: "Eres bien mensa para el amor", "Ya no fumes", "No eres buena para los videojuegos", "Te extraño", "Nada" —dice Malenie, sonriendo de manera burlona.
Cada palabra me hiere, y cuando la maestra menciona mi nombre, el pánico me invade.
—Mejor otra persona —digo, nerviosa.
—Issy, todos van a participar.
—Vale, pero solo me dijeron "Eres muy linda" y cosas negativas: "Puta", "zorra", "baja"...
—Okey, Issy, basta —interrumpe la maestra, apenada por la situación.
La mayoría se ríe, incluyendo a Jhon, y yo no puedo contener las lágrimas. El dolor de la humillación me ahoga.
—Chicos, ¿por qué le pusieron eso a Issy? —pregunta la maestra, enojada.
—Pues, es la verdad —responde una amiga de Malenie, riendo con desprecio.
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El Fuck Boy (EDITANDO)
Romance-Pensé que teníamos algo-las lágrimas comenzaron a caer. -Pensaste?, enserio crees que yo me enamoraría de alguien y menos de ti solo quería acostarme contigo y lo logre. -Eres un idiota-digo con la voz entrecortada