El Fuck Boy (EDITANDO)

solo me uso

John y Kat corrieron hacia mí mientras el caos se apaciguaba.

—Pero qué posesivo es Dylan —comentó John, sacudiendo la cabeza.

—Sal de ahí, Issy —añadió Kat, cruzándose de brazos, con el ceño fruncido.

Suspiré, sintiendo el peso de las miradas y el bullicio de los estudiantes alrededor.

—Bueno, ya déjenlo —dije, alzando las manos en señal de tregua—. Para ser honesta, me sentí bastante incómoda con Noah.

Finalmente, el profesor llegó junto con Noah y Dylan, ambos con las camisas desordenadas y las miradas aún llenas de tensión. Me acerqué rápidamente a Dylan.

—¿Pero qué carajos te pasa, Dylan? —dije, claramente molesta—. No puedes andar peleándote con todos los chicos que se me acercan.

Dylan me miró, aún respirando pesadamente por la pelea.

—Te estaba tocando, Issy. No me iba a quedar de brazos cruzados —dijo, su tono aún cargado de rabia.

Antes de que pudiera responder, el entrenador, visiblemente exasperado, intervino.

—¡Chicos, se acabó la clase! Todos al salón —ordenó con una voz grave que no admitía discusión.

Kat y yo nos dirigimos hacia los vestidores. Mientras caminábamos, Noah se me acercó con una sonrisa burlona en el rostro.

—Oye, Issy, si cada vez que me acerque a ti me van a dar una golpiza, creo que mejor me alejo —dijo con un tono irónico.

Lo miré con los ojos entrecerrados, sintiendo que mi paciencia se agotaba.

—Espero que lo cumplas, porque no quiero verte cerca de mí —dije, empujándolo suavemente hacia un lado.

—¿Es porque soy demasiado guapo? —replicó con su usual arrogancia.

Kat soltó una carcajada, sarcástica.

—Parece que no aprendes, ¿verdad, Noah? —se burló, dándole una mirada de desafío.

—Bueno, adiós chicas —se despidió Noah, entrando en su vestidor.

Entramos a los vestidores femeninos, y el ambiente estaba cargado de chismes. Las chicas no paraban de hablar sobre la pelea, susurrando cosas sobre cómo Dylan era "demasiado" para mí. Noté a Kat, lista para saltarles encima, pero logré calmarla con un gesto.

Nos cambiamos en silencio, y cuando salimos, fuimos directas a las clases. En el aula, sentía todas las miradas sobre mí, como si fuera el tema de conversación del día.

—Ridículos —dijo John, sentándose a mi lado.

—Totalmente —asentí, tratando de ignorar el murmullo que nos rodeaba.

De repente, Cami, la reina de los chismes del instituto, llegó corriendo hacia nosotros con una energía imparable.

—¡Issy! ¡Cuéntamelo todo! ¿Qué ha pasado? —exclamó, prácticamente lanzándose sobre la mesa, esperando una historia.

Suspiré y comencé a contarle todo lo sucedido de forma resumida. Cami escuchaba cada palabra como si fuera oro, mientras de vez en cuando lanzaba miradas emocionadas.

—¡Dios mío! ¿Dylan celoso? ¡Nunca lo hubiera imaginado! —dijo con una sonrisa traviesa.

Justo entonces, John intervino, cambiando drásticamente el tono de la conversación.

—Pero oye, Issy... usaron protección, ¿verdad? —preguntó, con una mirada de preocupación que me puso nerviosa.

Me quedé callada por un segundo, sintiendo el estómago caerme.