El beso

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Mi despertador comenzó a sonar. No quería despertar, pero debía.

—¡Buenos días, solecito!

—Jódete, Isabella. —se dio la vuelta—. No me voy a despertar.

Después de mucho insistir, Jhon se despertó, enojado, pero despertó.

Desayunamos hot cakes mientras mirábamos TikToks.

Miré la hora y, por Dios, era demasiado tarde, así que salimos corriendo.

Llegamos al colegio. Jhon y yo no teníamos las mismas clases, así que nos fuimos por diferentes caminos.

En la clase de francés no estaba ninguno de mis amigos, pero por suerte estaba Meg. No le hablo mucho, pero la conozco.

—¿Me puedo sentar? —le pregunté.

—Claro, Issy.

La maestra Rosarina entró con una gran sonrisa. Ella es mi maestra favorita y nunca me pierdo sus clases.

—Chicos, quiero que hagan parejas. —dejó sus cosas en el escritorio—. Van a elegir una ciudad de Francia y van a investigar cosas típicas de esa ciudad y me las traerán, ya sea comida o ropa. —Sonríe—. Chole les va a entregar las hojas con lo que debe llevar su tarea.

—¿Equipo? —pregunté.

—Equipo. —sonrió Meg.

Jhon apareció de la nada y sabía que no era nada bueno. Obviamente, la maestra se quejó con el director.

—Professeur. —Jhon me sonrió—. El director busca a Issy.

—Isabella, ve.

—¿Qué pasó? —obviamente sabía que la maestra era la culpable de esta llamada.

—¿Te acuerdas lo que hicimos ayer? La maestra llegó a mi salón y me sacó.

¿Cómo nos libraríamos de esta suspensión? No se me ocurre nada.

—Jhon, hazme un moretón en la pierna. —le ordené—. Y una marca en mi muñeca.

—¿Para qué?

—Para enseñarle al director lo que me hizo la bruja.

Jhon hizo lo que le pedí y, gracias a Dios, el moretón se veía muy real.

Fuimos por Cami y ella salió con una sonrisa relajada.

—Todos diremos lo mismo, ¿okey?

—Okey.

Entramos a la oficina del director y ahí se encontraba la bruja.

—¿Qué pasó? ¿Por qué se salieron de la clase de la maestra y la hicieron quedar en ridículo?

—Hacer el ridículo es algo normal para ella. —Jhon la observó—. ¿Verdad?

—¿Qué le pasa? —la bruja estaba furiosa—. Son unos irrespetuosos.

Me dio bastante risa lo que dijo Jhon, pero no veía que estábamos en serios problemas.

—Director, perdone a mi amigo. —puse mi cara de inocente—. La maestra, sin ningún motivo, nos comenzó a atacar. —Le enseñé mi moretón y mi marca en la muñeca—. No sé cuál es la razón de su rechazo hacia nosotros. —Me limpié una falsa lágrima—. Ella nos humilló enfrente de toda la clase y a mí me puso atrás, sabiendo que yo no veo bien.

La maestra empezó a discutir como si fuéramos iguales. Sabía que el director me iba a dar la razón.

—Les ofrezco una disculpa por parte del colegio. —el director me miró—. Veré qué hacemos con la maestra; mientras tanto, ustedes tendrán que quedarse a limpiar la biblioteca por dos días.

El Fuck Boy (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora