Capitulo 2

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Regreso a la mansión, donde todos se preguntaban lo sucedido entre él y su esposa, solo sonrió e hizo saber a los invitados que la emperatriz se retiraría un poco más temprano ya que no se sentía bien debido al embarazo. Volvió a la mesa, donde antes estaba bebiendo junto a Kagami, ella lo observaba

-Tuvieron una pelea de nuevo ¿verdad? – él no respondió y solo se limitó a beber – no veo la hora de que por fin te divorcies de ella, no me gusta verte así

La verdad es que no eran de peleas, conocía a la princesa de Norman, Marinette Dupain Cheng desde que eran niños. Su aspecto inocente y frágil, esa sonrisa que mostraba a todo el mundo ya fuera gente noble o simples ciudadanos, para ella el estatus no existía. No entendía como ella era de esa forma y eso le molestaba. Desde que perdió a su madre la emperatriz cada vez que la veía tan radiante como siempre, en su mente solo pensaba una y otra vez: "¿Por qué tú puedes sonreír y yo no? ¿Quién te da el derecho a mostrarte así frente a mí?" su resentimiento hacia ella aumento. Se decía su amiga, pero cada vez que tenia la oportunidad le restregaba aquello que no podía tener, una familia y esa sonrisa franca.

Kagami era como él por eso se sintió atraído por ella al instante, esos ojos fríos y expresión rígida, eso era lo que necesitaba, alguien que lo comprendiera. Pero por asares del destino termino casado con Marinette. A pesar de no saber de ella en un tiempo esa esencia gentil no cambio en lo más mínimo. Entonces se propuso una meta...hacerla infeliz. Si, quiera verla perdida en la tristeza y la desesperación tal como él. La humillo de todas las formas posibles dentro del palacio principal y luego de un mes creyó que lo había conseguido. Cada vez que los dos se presentaban en asambleas, su expresión se veía cansada, triste, pero tenía que disimular una sonrisa. Otras veces parecía que su alma había salido de su cuerpo.

Pero descubrió gracias a Belmont que la emperatriz tenía un jardín en el lado oeste del palacio, se molestó, fue algo que no se le aviso. "¿Quién se creía ella para hacer lo que quisiera?" Fue ahí repasando en su mente que le diría. Entonces la vio ahí caminado sobre el pasto con los pies descalzos, llevaba solo una bata blanca y su cabello recogido en una trenza. Sus manos se posaban suavemente por las rosas rojas y azules. Con una sonrisa visible acaricio su vientre y comenzó a cantar

-En él cielo azul tu y yo en armonía perfecta. He estado esperando por ti mucho tiempo así que por favor ven a mí. Rayo de luz en mi corazón. No me dejes...

Esa expresión...esa que pensó le había quitado seguía intacta. Esos ojos azules llenos de luz y esa sonrisa tan sincera e inocente. No pudo siquiera acercarse a ella o decirle algo. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué? Se volvió a su estudio, molesto. Durante el mes siguiente tuvo la visita del doctor real para informarle del estado de salud de Marinette y la evolución del bebé. Se ausento del palacio varios días. Todo parecía estar en orden. Eso lo calmo.

Kagami se apareció en su oficina, vio una oportunidad de oro para probar que tanto podía soportar su "esposa" le pidió venir y sentarse en su regazo ante la mirada de los oficiales reales que como era de esperarse no le dijeron nada. Ahí estaba ella cómoda a su lado. En eso se anunció que ella venia. La vio dirigirse hacia él y por el tono de su voz parecía molesta. Después de decirle todo aquello, estaba atento a su expresión. Ella tenía la cabeza gacha, entonces sus ojos se clavaron en él. No había nada...no pudo percibir nada...era una mirada vacía. Miro a Belmont y con su sonrisa habitual le dio las gracias para darse la vuelta y salir sin siquiera decirle algo...no era lo que esperaba. Luego de que las puertas se cerraron miro a Kagami que sonreía de una forma burlesca

-Ella...se ve tan patética... - acaricio su pecho – cuando el niño nazca tu y yo por fin seremos una familia... - ¿familia? la termino echando. Su humor no era bueno.

ME CONVERTÍ EN SU ESPOSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora