Celine
— ¡Señorita por favor conportese!— Le dijo en voz baja uno de los viejos y odiables asesores de Blake, después regañarla, bajó la mirada cubierta por sus espesas cejas solo para hacerla sentir peor — Estamos dentro de una Abadía y delante de los reyes de Inglaterra —
A la mierda, podría estar en el motel y aún así se sentiría incómoda.
Celine bajó los hombros con desinterés y se removió en su asiento cómo si tuviera lombrices en el estómago, pero no es eso lo que la tiene así de inquieta, sino que se siente totalmente incomoda y fuera de lugar.
— ¡¿Y eso que importa?! Podríamos estar en la calle y haría lo mismo — Replicó con su voz es casi un susurro al hablar con ese anciano — Él vestido es horrible, no se cómo las mujeres de la realeza toleran esto —
Ese señor la fulminó con la mirada, como si ella fuera un feo animal que no quisiera cuidar, pero le exigen hacerlo.
— Pues solo será una hora señorita, dudo mucho que esté invitada a la fiesta — Dijo con crueldad marcando demasido su acento Inglés — Al palacio solo asisten las personas más exclusivas de Inglaterra —
Celine quiso contestarle de inmediato y hacerlo sentir muy mal, pero esta vez está rodeada de gente extraña, de gente que la mira cómo si fuera la niñera de Darcy, y no su mamá, así que dejó de removerse en su asiento, frunció el ceño y abrazó a Darcy cerca de su pecho, lo único bueno de venir a una boda de un Lord es que esta sentada justo enfrente de su querido y adorado crush sexual.
Él rey.
Oh dios, él luce tan espléndido cómo siempre, como su arreglado traje, sin una arruga llenando la Abadia de su rico perfume, tiene el semblante frío y calculador, pero sonrie sólo con la reina, se nota que es un hombre pervertido hasta la médula y sería perfecto para ella, sino estuviera casado.
Besó delucadamente la frente de Darcy mientras ambas escucha el ajetreo de la abadía mientras se llena de los notables invitados.
— Oh Darcy, te prometo que solo vemos el chisme y nos regresamos a casa — Le dijo junto a su pequeño oído — Ya se que también quieres quitarte ese vestido, sólo vemos la aburrida boda de tu papá y nos vamos —
— Mamá —
Celine sonrió ampliamente con el pecho lleno de orgullo, pero esa bebé de rizos cobrizos aún no entiende que la boda de su padre no tiene nada de aburrida, porqué la abadía se está llenando de la familia real, de famosos y gente importante, todos elegantemente vestidos, enalteciendo a los mejores modistas de Londres, afuera esta llenos de turistas, curiosos y periodistas, además, el lugar está lleno de cámaras para transmitir todo la boda en las televisoras de Inglaterra.
Sin embargo, cuándo por fin ese Lord llegó a la abadía todo el mundo guardó silencio al verlo caminar por esa alfombra roja que recorre toda la abadía, ese Lord se acercó al rey para decirle un par de cosas y en ese momento a Celine casi se le cayó la baba.
Santa cachucha
¡¿Qué demonios le pasó al horrible de Blake?!
Quizá Blake nunca fue feo, sólo que ella nunca quiso verlo de otra manera, pero ahora se ve espléndido en aquel traje que demuestra su nivel en la monarquía, un precioso traje azul qué resalta el color de sus ojos, su cabello rubio finamente peinado que no mueve ni un mechón mientras camina y mira a todos lados como si algo no estuviera bien, pero en ese momento Celine pudo ver el parecido que tiene con él rey, quizá esos dos hombres se odien por minutos, pero fácilmente podrían ser hermanos, no lo dice por el parecido físico, sino porqué se criaron juntos.
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La Perfumista del Lord (Saga Las Perfumistas Parte 2)
RomanceCeline es una chica parisina sin miedo al éxito, mucho menos a los hombres, los maneja y los controla como quiere, de todos modos sus perfumes los hipnotizan, puede salir de fiesta cada noche y tener hasta dos amantes a la vez, es una guerrera en la...