Celine
Celine nunca había tenido una resaca tan fuerte, su cabeza duele y se siente con ganas de vomitar todo el tiempo, le hubiera gustado quedarse más tiempo en la casa de su hermana, quizá en la tarde vaya con ella para recostar su cabeza entre sus piernas y dormir una siesta, pero esta vez se levantó temprano para atender la perfumería, pero esa cruda del día siguiente literalmente la está matando.
— ¿Darcy quieres comer algo? — le preguntó después de atender a unos clientes y tomar asiento por primera vez en toda la mañana.
Pero Darcy no hizo nada, solo juega con uno de sus collares y suelta esos ruiditos que la hacen ver chistosa, es tan bonita que le gustaría que de verdad fuera su hija suya, le encantaría que tuviera su misma sangre, su mismo color de cabello y el color de ojos, pero luego recuerda lo horrible que es dar a luz y con cuidarla se conforma.
— Mamá —
Su Chucky dejó de jugar con su collar y levantó sus grandes ojos azules para verla, tiene unos ojos tan grandes que parece una muñeca diabólica, pero terriblemente encantadora. Por un momento Celine se quedó helada sin saber que hacer, en realidad nunca había pensando en esta situación.
¿Ella una mamá?
Si definitivamente puede ser una tía encantadora con todos sus sobrinos, pero que le digan mamá no la hace sentir tan bien, menos cuando ella aún siente que no merece ser llamada de esa forma.
— No cariño, no me digas así — Le dijo con mucha delicadeza para que la niña no se sintiera mal — ¿Que te parece la Tía Celine? También puedes decirme la tía loca, la señora de los perros, la matadora, la señora del motel, la vecina histérica, la perfumista o la folladora, como gustes —
Pero Darcy volvió a pronunciar la misma palabra como si fuera divertido, porque usó esa dulce vocecita para volver a llamarla...
— Mamá —
Celine se pasó las manos por el cabello y se acercó para abrazar a Darcy, en realidad esa bebé nunca antes había conocido a una figura materna que cuidará de ella. Su madre falleció en cuánto la dio a luz, después pasó de nana en nana, de niñeras asesinas a estar abandonada fuera de una casa, no ha recibido ese lado maternal y aunque Celine había creído que ella no le había dado ese cariño que la bebé necesitaba, al parecer si lo hizo.
Besó la mejilla de la bebé y le sonrió ampliamente.
— ¿Quieres que sea tu mamá? — preguntó con cierto miedo, pero Darcy solo sabe decir una palabra que no dejará de repetir en mucho tiempo.
— Mamá —
— Bueno creo que si quieres que sea tu mamá — Celine la beso adorablemente en la mejilla — Entonces seré tu mamá a partir de hoy, vamos, somos tu y yo contra todos los hombres de Londres, te llevaré a la playa, a comprar mucha ropa, a comer helado, te contaré cuentos y dios mío, espero no buscarte un papá muy pronto —
Celine alejó su mirada sólo un instante de esa para se comerse con la mirada a ese repartidor de flores, ese chico moreno tiene un tremendo trasero que casi de forma inconsciente sus ojos se posaron en esa entrepierna, solo para medir con la mente la altura que tomaría en una situación de adultos, al final soltó una carcajada por las locuras que pasan por su mente al ver a un hombre.
— Celine — La llamó ese repartidor de flores cuando termino de dejar las nuevas cajas, esta sudoroso, con sus musculosos brazos al aire, con su cabello castaño bajando por sus frente y su piel morena que la invita a probarla, esta buenísimo —¿Te gustaría salir conmigo? Podríamos ir a cenar o al lugar que tú quieras —
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La Perfumista del Lord (Saga Las Perfumistas Parte 2)
RomanceCeline es una chica parisina sin miedo al éxito, mucho menos a los hombres, los maneja y los controla como quiere, de todos modos sus perfumes los hipnotizan, puede salir de fiesta cada noche y tener hasta dos amantes a la vez, es una guerrera en la...