Dolor y tristeza

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Como lo presentía su equipo de la marina a tomado caminos diferentes, no es extraño ya que todos se han convertido en buenos miembros de la justicia.

La primera en alejarse fue Bellemere, pero su caso fue distinto, no sabe los detalles exactos pero al parecer decidió hacerse cargo de dos niñas desamparadas, le envió una carta y una fotografía donde la ahora ex-marine sostenía a dos pequeñas entre sus brazos.

Tal parece que Rosinante se enlistó en una misión secreta, obviamente no puede saber los detalles, solo espera que no sea nada arriesgado, el rubio de verdad le  agrada.

Smoker y Hina regresan constantemente al cuartel, aún así extraña las misiones con todos juntos, los entrenamientos y sus ratos libres.

-Ahora también fumas? — hace semanas que no la veía.

-Solo un poco — Hina admira el paisaje de la ventana mientras el humo del cigarrillo se pierde en la brisa.

-Espero que no lo hagas por imitarlos — Rosinante y Smoker adquirieron ese vicio y esta casi segura que Bellemere igual.

-Para nada — la de pelo rosa elimina el exceso de ceniza — pero ayuda con el estrés.

Sus palabras están impregnadas de algo que no le gusta a la albina, además hay una falta de brillo en los ojos de la marine que terminan de darle una sensación amarga.

Antes que Hina le de otra jalada siente unos brazos rodearla y recargarle la mejilla en la espalda, está demás decir que se quedó sin palabras, Akira no es una chica sentimental ni de ese tipo de acciones.

-No importa lo que pase o lo duro que se vuelvan las cosas, mantente firme a tus convicciones... no pierdas tu esencia Hina.

La de pelo rosa se muerde el labio intentando controlar sus emociones, ya no es una niña, se convirtió en una mujer fuerte y hermosa que hace valer la justicia.

-A veces es difícil... — no puede controlar su voz quebrada, el camino que decidió seguir no es tan deslumbrante como creyó.

-Nos tendrás a nosotros — la suelta dándole su espacio.

-Lo tendré en cuenta — tira el resto de cigarrillo al suelo pisándolo — aunque no me sentiré cómoda pidiendo apoyo a una mocosa — deja salir una sonrisa de medio lado aligerando el ambiente.

-Aun estoy en crecimiento — infla las mejillas a modo de puchero.

Es algo que siguen sin entender, hasta el momento la albina no a mostrado tener habilidades propias de una fruta del diablo, tampoco quieren preguntar a qué se debe su tardío desarrollo, ni Bellemere que era la más curiosa y expresiva tocó el tema, se respetan lo suficiente para no meterse en temas incómodos.

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Entregar los reportes de las últimas misiones le quita un peso de encima, es aburrido llenar esa molestas hojas que por momentos parecen interminables, como hace Garp para lidiar con eso? No importa, al fin tiene tiempo libre para ver a su querido niño con pecas. Ahora que lo piensa, el abuelo tomo días libres y esta segura fue atormentar a los niños, ese maldigo viejo siempre hace lo mismo.

-Te ves relajada — Aokiji la encuentra al final del corredor con carpetas bajo el brazo, la albina se detiene a unos pasos viéndolo hacia arriba por la estatura del hombre — también pediré unos días libres, qué tal si me invitas al ese lugar que siempre vas, cuando vuelves estás de buen humor.

-Aunque vayas a las aguas termales no lavarás tus culpas — un gesto serio cubre el rostro del mayor.

-Lo de Ohara estaba más haya de mi — la seriedad de la menor es diferente a lo usual, el celeste de sus ojos es tan frío que atraviesa el alma.

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